Las escapadas se frustran diariamente, se hace imposible saber si existe esa cáscara que cayó de aquel árbol solitario. en la noche de enero casi febrero. Despegar sin alas es suicidio, ni la mariposa puede evitarlo sin sangrar sobre la rosa... Todos los días se hace carne, se hace piel, corteza dolorida dejando esa mancha tímida, culpable de la ausencia que no libera solo comprime, y muerde las flores del caminante oculto en su raíz. MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.
Texto agregado el 13-05-2011, y leído por 400 visitantes. (5 votos)