Cada vez que te imagino...veo tu foto...
un nudo se apodera de mi estómago.
Me entra el nerviosismo “nervioso”,
me entran ganas de reir y me pongo extremadamente contenta.
Ni si quiera necesito hablar contigo...
solamente recordar momentos
y sentir la tranquilidad que acontece en mí
cada vez que charlamos.
Recuerdo tus ojos mirándome
y el tacto de tu rostro en mi mano.
Recuerdo acariciar tu cabello en la penumbra, susrrandote complicidades o escuchándote
hablarme algo muy calmadamente.
Rememoro tu risa y el brillo de tus ojos...
Quiero que ese momento se pare eternamente
y que jamás te vayas de aquí... Jamás, jamás, jamás...
Texto agregado el 11-05-2011, y leído por 275
visitantes. (5 votos)