Tolón y Palpa eran dos grandes amigos que vivían en la sabana. Tolón, un elefante, muy simpático y querible y Palpa, un impala, elegante y ágil.

En los atardeceres ambos disfrutaban de comer hojas y frutos de las plantas, de rascarse los lomos sobre las cortezas y de refrescarse en los manatiales cercanos. Siempre, siempre, uno tras del otro.

Un día, al sorber ambos las aguas, Tolón pudo observar en ese espejo, las diferencias de cuerpos entre ellos. Pensativo se quedó. Nada dijo, salió de bañarse y se alejó entre un camino de acacias. Frente a una de ellas se detuvo, estiró con soltura su trompa y golpeó al lado del hueco que había en lo alto de un tronco:
_ ¡Toc, toc, toc!_ y esperó
_¡Tiqui, tiqui, tac !, ¿quién anda por allá? - se escuchó y se vió asomar a un pájaro carpintero con copete rojo.
_ Soy Tolón, el elefante gordinflón.
_ ¡Uy, qué feliz me hace tu visita!- volando el pájaro se posó sobre la gran cabezota del visitante que al minuto empezó a despulgar. Y prosiguió hablando:
_ Tiqui, tiqui, tic...¿Qué te trae por aquí?
_ ¿Sabes...?_ Tolón explicó_ Me gustaría ser...como un impala: sin estas grandes orejas y trompa, ni este color gris tan triste y con mis colmillos de alta cornamenta en mi cabeza.
Así como soñando el carpintero interrumpió.
_ Bueno, creo tener en mente lo que describes. Como amigo y artesano de la zona trataré de concederte este deseo.

Al segundo, el pájaro andaba con su:
tiqui-tiqui-tac,
tiqui-tiqui-tic,
toc-toc,
zum-zum,
plop- plop,
ponte así y
ponte asá.

Para terminar con unos:
_ ji,ji,ji, jo,jo,jo que se escuchaban de las cosquillas que le daba a Tolón la cola del ave al pintarlo todo entero con tinturas vegetales por los colores elegidos.

_Ya está - dijo el ave que tanto no le gustaba su obra pero quería complacer a su amigo.
Frente a un espejo de agua que el carpintero le trajo Tolón se miró.
Sus orejas y trompa habían sido arrolladas contra su cuerpo con lianas. Casi ni se veían. Y sus colmillos expléndidos lucían pegados con resina en su cabeza. También había quedado de color castaño con franjas negras.

_¡¡¡Si, así es como quería verme, como Palpa!!!

Lleno de agradecimiento se despidió del artesano y emprendió su andar por el sendero para buscar al impala.

Cerca del manantial sintió chillidos quejosos de su amigo. Tolón aceleró su marcha. Palpa estaba en peligro .
Un cocodrilo intentaba cazarlo mientras este se bañaba. El abrir y cerrar de mandíbulas sonaban a sus patas temblorosas y que, por miedo, se le entrecruzaban cada vez más. Temió por su vida. Hasta que de la lejanía. vió acercarse a un ser muy grande y extraño que con toda su bravura, con resoplidos ahogados, ingresó al agua. Alli pateó, arrolló e hizo que el cocodrilo huyera, con un susto bárbaro, a internarse en las profundidades del lago y desapareciera.
Tirado en la orilla, Palpa, aun asustado dijo:
_ Pero...¿quién eres?.
_ Ay, amigo, ¿cómo andas?. ¿Es qué ya no me reconoces?
El impala conociendo esa voz dijo:
_ ¡¡¡Tolón!!! Te agradezco que hayas salvado mi vida. No lo puedo creer. Pero...¿Qué haces así disfrazado?
_ Es que yo quería parecerme a ti.

Y el impala parándose dijo:

_ Y yo a ti, con ese gran porte y valentía que yo no tengo.

Las carcajadas estallaron en festejo, tanto que el resto de los animales de la sabana se acercaban de a poco a ver quien era este nuevo integrante.