A Emma

De mujer es su cuerpo, de mujer,
Moldeado por los vientos de los años en cuerpo de mujer,
Esculpido en carne femenina, fémina forma,
Impregnado del aurora el aroma,
Suave como un tallo, suave como un pétalo,
Suave como la hoja que viaja en el viento,
Suave como las plumas del cuervo,
Suave como la lágrima silenciosa,
Cuerpo suave de mujer, de mujer su forma.

Sus labios son de mujer, labios de mil besos,
Marcados por el choque con otros labios,
Pintados con el naranja de su edad verano,
Dicen lo que ha callado, cantan lo que ha amado,
Son el céfiro de la carne, hálito mío,
Como un abrigo que protege del frío.

Son sus ojos de una mirada de mujer, vívidos,
Dos fuegos en el cielo de su rostro,
Alboradas del deseo, de mirada de mujer,
Ojos que miran al pasado de nostálgica envoltura,
Ojos que miran al futuro con el corazón,
Ojos de luz dulcemente añejada, de mirada de mujer,
Centellas augurando tiempos imperecederos.

El silencio es su voz, silencio sabio, mas no callada es su voz,
Y de mujer es el tono silencioso no callado de su voz,
Igual al abrir de pétalos de la rosa es su voz,
Como la nube que pasa es su voz,
Como la estrella que nace en una esquina del universo,
Como la hierba que crece, como la silla que se mese,
Como la humedad de los cuerpos enardecidos es su voz.

De mujer es su cuerpo de años jubilosos, de mujer,
Con sus pechos que amamantaron a niños y lascivos,
Con sus brazos que abrazaron al amor y al trabajo,
Con sus manos que atacaron, sus manos que clamaron,
Su ombligo que sirvió de refugio para un beso,
Su vientre que abatió y fue abatido en embistes taurinos,
Su espalda de tablero de ajedrez en jaque eterno,
Sus nalgas girasol al medio día, de mujer sus nalgas,
Columnas del Partenón sus piernas y pies,
Tiene cuerpo de mujer esa mujer, de mujer,
Y el corazón de cera como el de una mujer,
Y la categoría de mujer, inalcanzable golondrina,
Verano femenino, próximo el otoño de mujer,
Perenne primavera, imposible mujer.