Ha llegado hasta mí; no lo intuía. Nunca sentí que extrañaba ese -maravilloso artefacto- órgano viril. No imaginaba su piel rasposa ni sus manos enormes…tocándome y haciendo daño. Ya pasaba de moda como objeto simplón (Yo). Seca y flácida. Desperdicio entre mujeres ardientes, sensuales. Mas el destino, enloquecido, proyectó sobre mí al último héroe caído y renací deslumbrante. "Sólo la gracia muda primigenia del mundo va en astros, leve, virgen, sobre la luz dorada". Alexandrie Territorio desconocido de áreas sabidas y temidas. He descubierto al último galeón sumergido; EL ha sido el primero en absorber mi moho.
Texto agregado el 15-07-2004, y leído por 345 visitantes. (2 votos)