El apagón
hijo prodigo de la oscuridad
me deja ciego,
siento la tibieza del sol
de la luz nada se,
nunca supe nada,
me arrastre entre las sombras
que paría mi locura
por eso soy tan blanco
por eso siempre adore la filosofía
del desfiladero,
de la cornisa encallada en los pasos
al vació,
y ahora creo que
este fulgor de vida
sabe rancio,
a enmohecido,
como una carta olvidada en una manga
que no es mía,
como el cuento de alguien más,
el apagón nuevamente
el desfiladero,
la sangre,
el abismo
mi vida hecha muerte,
mi muerte hecha raíz de vida,
con la angustia entre los dientes me respeto,
sin ella solo soy una foto,
un genocidio
desinteresado…
un olvido,
una parodia mal narrada,
que voy hacer si le temo
a la luz. |