Una canción de amor estremece el ambiente
frente al espejo me contemplo.
me muevo amparada en el bello sonido:
desvelo cristales:
Murieron los que amo y necesito.
¡Te llamo!
no te acercas a poner una mano en mi hombro.
Todos cuidan su cielo
su infierno
sus ríos se desbordan:
mis lágrimas serían una catástrofe en sus cauces.
¡La música suena para mí!
Dejo de llamarte
algo se apaga
¡Es la llama!
Ya no hay lágrimas
no te vuelvas ceniza llama:
¡Quémame!
haz que duela para sentirme viva.
Si...
¡Estoy viva!
Una vez tuve alas y volé
reí a carcajadas
me asombré
escribí para conmover a muchos.
¡Dios!
¿donde dejé el papel en el que me volqué como un vaso de agua?
¿Y el pedacito de cielo del fondo de mis ojos?
¿Quién lo mira hondamente?
Él no lo hace
Su mirada
sus palabras
van al aire que mueve los rosales.
Me paseo como sombra aguardando una respuesta
mis lágrimas repican ateridas
nadie las escucha...
Victoria
(Cualquier parecido con la realidad es coincidencia)
Texto agregado el 05-05-2011, y leído por 912
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Lectores Opinan
27-03-2025
Hermoso poema. Gracias por compartir tu sensibilidad. Buhonero