Te propongo jugar
con ambos mañanas,
con otros senderos.
Caminar quimeras,
solear penumbras,
sobrevolar el destino.
Embriagarnos de esperanza;
ver el año con revancha.
Y si todo eso no te basta
abrir las puertas del otoño
y desafiar el azar otra vez.
Texto agregado el 04-05-2011, y leído por 428
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