Permanece la grieta en la piel, en el alma. Como la oruga que se arrastra y permanece que busca el camino del viento, quizás del oscuro silencio ese camino sin fronteras se entrecruza con botas y perros. Son siglos, milenios, rodando, muriendo entre gastados días. La oruga metáfora de galaxias. Perturban las ideas encerrada en la piel se disfraza empalagada de misterios, desordena. Y la oruga destrozada deja su cría al pie del olmo dormido. MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.
Texto agregado el 04-05-2011, y leído por 366 visitantes. (4 votos)