Inicio / Cuenteros Locales / fabian_ / Te Veré En El Manicomnio
¡Ja ja ja!
El rechinar de tus dientes llega poco a poco a mis oídos
La camisa de fuerzas se dibuja ya en tu silueta, temblante
Tus ojos desorbitados por la paranoia
¡Tus oídos destruidos por la esquizofrenia!
Calma, calma, ¡todo va a estar bien!
Te seguiré amando, te seguiré queriendo
Aún cuando eso signifique nuevas cicatrices
Y que mi rostro sea un nuevo rompecabezas
¿Pero podríamos olvidar ya que pronto te veré vestida de blanco otra vez?
Y este no será un vestido de lujo…
Y no nos encontraremos nuevamente en una habitación de hotel blanca
Con esos pétalos de rosas rojas en los que te revolcaste
No, no, no, no, ¡no!
Ahora no será lo mismo
Aunque tendrás servicio a la habitación…
Vamos, que se hace tarde, y ellos descubrirán lo que ocultas
¡Ja!, haces todo tan divertido
Jalándote el cabello, rasgando mi piel con tus uñas rotas
¡Mordiendo mi cuello!
¿Qué te crees?
Pero no te preocupes, ¡que te amo, te amo y te amo!
Y la historia no se acaba con la muerte de un psiquiatra
Ni menos con la de un enfermero…
U otro loquito… ni un cura… ni un policía…
No… la historia no se acaba…
Por un poco de sangre en tus manos… y labios…
Por un poco de tu cerebro que ha volado a lo alto
Por esa inconciencia que nos domina
¡Dime que nos amas!
Y muérdeme el labio hasta romperlo
Quiero verte gritar
Y oírte sonreír en la oscuridad
Y corre, corre, corre
Que esos locos te quieren atrapar
Yo no quiero verte de blanco otra vez
Me gusta más cuando eres mala
Cuando te ríes de la cara estúpida que pone el mundo
Por un poquito de sangre en tus manos
Por un par de cadáveres que no alteran su realidad…
Pero puedo oír esos fierros que pronto te encerrarán…
Y tres comidas diarias que ni siquiera probarás…
Y tus manos tratando de moverse a través del género indestructible
Y a ti, gritando y pateando antes de ser inyectada…
Cuando esa aguja traspase tu cuello
Y yo siga amándote…
Y llorando por tus gritos hermosos
Que tanto extraño…
Que tanto anhelo…
Y esperando que algún día tus garras puedan rasgarme el corazón de nuevo...
Mientras cada píldora intenta calmarme
Con la esperanza de que una hoja de afeitar me quite la vida
Y nada resulte…
Más que tu liberación por las armas
Cuando una noche estés dormida… amarrada a una cama
Y entre por la puerta
Bañado en la vida de tus captores
Y te bese como nunca en medio de las paredes blancas
Y con el suelo desparramado de gotas rojas… como pétalos de rosas
Y te revuelques en ellos… como en ese hotel… |
Texto agregado el 04-05-2011, y leído por 190
visitantes. (1 voto)
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Lectores Opinan |
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04-05-2011 |
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Fuerte, intenso, de angustias y soledades, ya lo anunciaba el título. Vestidos blancos, pétalos de rosas rojas, un poco de sangre, si quisiste llevarnos al mismo infierno, lo lograste ¡qué tragedia! y muy bien escrita, me dolió el alma poeta. zimarron |
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