EL EGO DEL HÉROE.
(Reflexiones. Narrativa breve)
Por: DANIEL O. JOBBEL
Mucho se ha dicho de la estupidez de los individuos. O el placer de haberse rebelado y perseguir la gloria hasta ser enlatado en el sutil rango de éxito. La pequeña palabra "ego" ha tenido varios significados. Para la escuela freudiana es "el aspecto consciente de la psique que decide entre los instintos básicos del ello y la moralidad del superyo". Definición muy académica. Sin embargo, bastará unas líneas de Manuel Vincent a las que recopilo, imaginando al ocasional héroe de pacotilla, algunos coparon la paciencia de los gobernantes, otros solo la paciencia de una novia descarriada, en fin, o de algún lector empedernido.
" Solo basta recordar el primer beso en la adolescencia o el placer de haberse rebelado por una vez en la juventud o los elogios qué recibió de los amigos en la madurez por aquella famosa tortilla de patatas." Mientras, dice Manuel, "unos atracan bancos sin disparar un solo tiro, otros dan conciertos de piano con igual virtuosismo". Vincent aquí acerca la igualdad de habilidades que hace cada individuo para lograr la gloria. Pero no sufras, dice mi amigo periodista," no sufras si tu existencia no dá para más, ya que se puede pasar perfectamente por este mundo sin haber escrito Hamlet ni haber asesinado a nadie. Deberías resignarte sabiendo que Shakespeare y Jack El Destripador compartían contigo la mayor parte de las sensaciones diarias. Ambos sentirían el mismo alivio de inseguridad hoy, al soplarse los sabañones, se creían inmortales cuando en el juego su naipe se repetía por tercera vez, se deprimían si no encontraban a un gran personaje o a una buena víctima, en las noches de calor estiraban la pierna hacia la parte fresca de las sábanas como tú lo haces, y era también igual para ellos el sabor de los arenques, el amor a la cerveza y el miedo a la muerte, y si los dos fueron genios en lo suyo, te servirá de consuelo saber que Shakespeare tiene algunos versos muy malos y acabó siendo un prestamista, mientras que Jack el Destripador también dió algunas cuchilladas poco certeras y una vez salvó de morir ahogada a una niña. Puede que sólo seas un pequeño cobarde que prefiere soportar la injusticia con tal de vivir incontaminado. Así te quieren ellos, dedicado a los versos en la villa horaciana, entre gallinas y lechugas, tu contemplando el crepúsculo y ellos llenando el saco." Eso dice Manu. Pero (esa magnífica conjunción adversativa siempre predispuesta a la objeción), advertimos que el laurel tiene dos destinos: la cabeza del héroe o el estofado. Tal vez un día fuiste un rebelde: "fue aquel día en que estuviste dispuesto a morir por no doblegarte. Ese es el minuto de gloria que te corresponde".
El ego, es idea de uno mismo, lleva una máscara, el papel que estamos desempeñando; supone una forma distorsionada de afirmar y vivir la existencia. En esencia, a esta máscara social le gusta la aprobación, quiere controlar situaciones y personas, y se apoya en el poder porque vive en el temor. Si fuiste un rebelde con un par de latas de cerveza encima, dando vueltas en una calesita, posiblemente se justifique el ego y la locura.-
|