La causa principal de los alarmantes problemas que enfrentamos a nivel global, es la carrera desenfrenada por “estándares de vida” acomodados y un crecimiento económico que nos exige producir y consumir cada vez más, sin límite alguno. Esta realidad se da incluso en los países más ricos, y es prácticamente imposible que los niveles de consumo per cápita de estos países puedan sostenerse por mucho tiempo. Sólo una pequeña parte de la población mundial tiene acceso a estos “estándares de vida”, el resto nunca lo tendrá.
Recursos tales como alimentos, tierras de cultivo, bosques, reservas pesqueras, minerales y energía (especialmente petróleo) se están agotando debido al consumo indiscriminado y no sustentable de los países ricos, mientras el resto de la población se esfuerza por vivir como lo hacen algunos pocos en esos países. En definitiva, todo el mundo está empecinado en consumir cada vez más y en aumentar el PIB, sin límites.
El medio ambiente se está destruyendo a causa de la sobreexplotación de losrecursos naturales y toneladas de desechos son arrojados todos los días a la naturaleza. El problema medio ambiental no podrá ser resuelto a menos que los niveles de producción y consumo per cápita de los países ricos sean reducidos de manera significativa, posiblemente en un factor de 10. A modo de ejemplo, en la llamada “huella ecológica Australiana”, la cantidad de tierras productivas utilizadas per cápita es de siete hectáreas aprox., sin embargo para el año 2050 la cantidad de tierras disponibles en el mundo entero será de sólo ocho hectáreas per cápita.
El llamado problema del Tercer Mundo que afecta a cerca de cuatro billones de personas viviendo en condiciones de privación y pobreza (tres billones con ingresos inferiores a los dos dólares diarios) se debe básicamente a que la economía globalizada está orientada a enriquecer a nuestras grandes corporaciones transnacionales y abarrotar nuestros supermercados a costa de los recursos y la capacidad productiva de los países más pobres. No podríamos tener estos altísimos “niveles de vida” de no ser porque hemos tomado de los recursos del planeta, mucho más de lo que nos corresponde.
El principal problema de los conflictos armados y de los sistemas opresivos se debe a la determinación de algunos por apropiarse de los recursos de otros. Si continuamos viviendo de esta manera o aspirando a modos de vida inalcanzables para todos, los conflictos armados irán en aumento. Si nosotros viviéramos en los países más ricos del globo no podríamos acceder a esos “niveles de vida”, si tuviéramos que compartir los recursos de manera justa. En parte, somos responsables del modo como la economía global funciona tan injusta y desigualmente. Esta forma de economía permite a los ricos ofertar por aquellos bienes que escasean, y en esto, los pobres no tienen posibilidad de competir. A quienes ostentan el poder económico sólo les interesa el desarrollo de aquello que les genere mayores ganancias a sus corporaciones. Un ejemplo de esto son las empresas que proveen nuestros supermercados. Los países ricos además entregan su apoyo a regímenes opresivos y se involucran en acciones militares que buscan mantener a los países pobres sojuzgados mediante políticas que van en su beneficio.
La cohesión social y la calidad de vida incluso en las sociedades más ricas han sido dañadas. Actualmente los objetivos supremos son el aumento del volumen de ventas, los ingresos, el PIB y en ningún caso resolver las necesidades básicas, ni construir un proyecto de comunidad o mejorar la calidad de vida.
Estos problemas son la consecuencia inevitable de una sociedad cuya principal motivación es la adquisición de bienes materiales, la competitividad, el lucro, las fuerzas del mercado y el crecimientoeconómico. No se trata sólo de que ésta forma de sociedad sea poco sustentable e injusta- el punto es que una sociedad como ésta nunca podrá ser ni sustentable ni justa. Es imposible transformar esta sociedad a fin de que problemas como los ya mencionados desaparezcan, mientras persista el impulso despiadado por enriquecerse cada vez más. Tampoco se logrará mientras los criterios de desarrollo estén determinados por el lucro y las ganancias generadas para bancos y corporaciones.
Sin embargo, la mayoría de las personas piensa que el avance tecnológico, el desarrollo de una industria automotriz más eficiente y de formas renovables de energía, nos permitirá sumirnos en un camino de prosperidad y crecimiento económico por mucho tiempo, siempre y cuando se resuelven los problemas medioambientales y otros temas sociales. Lamentablemente, la magnitud de los excesos cometidos, hace que esta posibilidad no sea realista. Si para el año 2050 toda la población mundial alcanzara los niveles de vida que en los países ricos, lo que podríamos lograr si se mantuviera un crecimiento anual del 3%, entonces la producción económica mundial sería 30 veces mayor de lo que es ahora, que ya está en niveles altamente insustentables. Por lo tanto, el avance técnico no puede, ni remotamente, lograr que dicha situación se revierta. Con ese crecimiento la tarea sería dos veces mayor cada 23 años.
La Solución
No puede haber solución a estos alarmantes problemas a menos que haya un cambio o una transición hacia:
Formas de vidas más sencillas, con mucho menos producción y consumo, menos preocupación por el lujo, la prosperidad económica, las posesiones y la riqueza, y mucho más interés por aquellas fuentes de realización personal no materiales.
Economías locales, pequeñas,autosuficientes, independientes de la economía global, que coloquen los recursos locales al servicio de las necesidades locales. Cuando el precio del petróleo se encarezca más allá de cierto límite, no quedará otra opción.
Modos de vida más solidarios y participativos, que permitan a las personas en las pequeñas comunidades hacerse cargo de su propio desarrollo, proveyéndose de todo lo que necesitan. En esta época de escasez que se aproxima, las comunidades que cooperen entre sí para solventar sus necesidades tendrán mejores oportunidades. En nuestro deber desarrollarnos en comunidad como las abejas de un panal, con asambleas comunitarias, comités locales y referendos para tomar las decisiones relacionadas con el desarrollo y la administración local.
Una nueva economía, una que no esté determinada por el lucro y las fuerzas del mercado. Una economía que no tenga el crecimiento infinito como su único fin y que esté orientada a las necesidades y a los derechos de las personas. Que tenga empresas privadas y mercados, pero con un enfoque social, participativo, democrático, abierto y local sobre lo que es desarrollado, producido y finalmente distribuido. Valores diferentes, la cooperación por sobre la competencia, y la frugalidad, la austeridad y la autosuficiencia por sobre la adquisición y el consumo desmedido.
Este modo de vida más sencillo consiste en asegurar una elevada calidad de vida para todos, alejado de cualquier forma de exceso de trabajo, ansiedad, producción, consumo, exportación, inversión, daño al medio ambiente, etc. que es lo que está ocurriendo en nuestra sociedad actualmente. Debemos liberarnos de esta carrera loca por el consumo y de la inseguridad, desigualdad y conflictos de miseria cultural que esta conlleva. Debiéramos considerar que el trabajo por dinero sea sólo dos días a la semana y disponer, así, de una gran cantidad de tiempo para dedicarse al arte, a los oficios y al crecimiento personal, viviendo en una comunidad enriquecedora, apoyadora y solidaria, y en un entorno diverso que estimule el ocio creativo, accediendo a trabajos que sean valiosos, que aporten a la sociedad y sean agradables, sin el temor al fantasma del desempleo y sabiendo que no estamos contribuyendo a los problemas globales.
Muchas personas aceptan hoy en día esta visión y en la búsqueda de soluciones ya están trabajando para transitar hacia formas de vida más sustentables. Existen hoy día movimientos organizados como el Global Eco-Village Network (Red de Ecoaldeas Global) y el Transition Towns (Movimiento Transición) que están trabajando en la construcción de nuevos asentamientos o poblados con estos requerimientos. El destino del planeta dependerá de si estos movimientos pueden constituirse en ejemplos impactantes de formas de vida justas, sustentables, amables y agradables, que muestren a las personas que viven en sociedades de consumo que es posible un mejor sistema de vida.
¿Qué Debemos Hacer?
Organizar un grupo en nuestras ciudades o barrios y empezar a desarrollar elementos de esta nueva forma desociedad, hacer pequeños jardines con la colaboración de todos, talleres comunitarios, círculos de trabajo cooperativo, promover cultivos de huertos, organizar festivales y aprovechar los elementos locales que se están desaprovechando como el de los desempleados, los jubilados y otros grupos de personas excluidas, conocer sus necesidades con la visión de que esto vaya poco a poco creciendo hasta lograr entre todos transformar el barrio. Este tipo de estrategias está aplicando exitosamente el movimiento Transition Towns.
Las condiciones de la sociedad de consumo se irán deteriorando cada vez más a causa de la crisis del petróleo, y la gente se dará cuenta de la sabiduría contenida en esta forma de vida más sencilla que queremos compartir y difundir.
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