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LOS TROMPOS, UNA TRADICION MICHOACANA.

Ese redondo con un clavo en la punta y de color azul, soy yo, sí soy un trompo, mi nombre es blusito, es el nombre que ese niño de cabello oscuro y de 11 años de edad me puso; él está a punto de apostar a Kiki un trompo de color naranja, pero más pequeño que yo y su oponente: un niño de 12 años llamado Paco, su trompo: un trompo negro sin nombre conocido sólo como “trompo”; el objetivo derribar al trompo contrario, permanecer más tiempo girando, (o como dice Beto: bailando) que el oponente.
Ahí voy, Beto me arroja fuertemente deslizando su pita (cuerda) y yo voy a hacer todo lo posible para que Beto no pierda a Kiki, Fggggg! Sigo girando y girando, Paco y Beto permanecen atentos observándonos y moviéndose detrás de nosotros; “trompo” se acerca a mi tratando de derribarme, pero no cederé, permaneceré firme girando.
Han pasado 39 segundos ningún trompo puede durar tanto, sí estoy a punto de lograrlo, “trompo” está perdiendo equilibrio pero yo tampoco ya no resisto mucho…, eso es cae “trompo ¡sí, lo logré!, ahora Beto tiene un trompo nuevo.
Beto entró a la casa con un trompo más, nos limpia con un trapo como de costumbre, me besa y empieza a colocarnos con su colección de varios trompos, algunos muy desgastados otros no tanto, pero todos bien cuidados por Beto.
Es otro día, Beto ha regresado de la escuela, se dirige a la mesa para comer algo, termina su tarea y llega la tarde, la parte favorita de él y mía porque está a punto de salir a la calle conmigo, y así lo hace ahora está Paco con un trompo nuevo para apostar y también está otro cuate de ellos Luisito, mejor conocido como Pipo y su trompo verde. El reto ahora es diferente: las reglas son sencillas permanecer dentro del círculo pintado con un gis, el que logre quedarse dentro lo gana todo Fggggg! Estoy girando, el nuevo trompo y Verde también… verde parece estar como dice Beto: sangaruto o sea, que no se equilibra bien, por eso creo está a punto de caer, sí no me equivoqué ha caído y rodado fuera del círculo, queda la batalla entre el nuevo y yo…, ¡uy! que susto toqué la línea del circulo casi la cruzo, el nuevo es resistente, pero este reto no es de resistencia, le daré un pequeño empujón a ver si logro sacarlo ¡pum!... Sí está tambaleando, sí, ya está fuera… otra victoria para Beto y para mí.
¿Quién es el que viene ahí? Ha, es Mane (así le dicen a Manuelito) quiere jugar también trae dos trompos y quiere apostarle a Beto los dos contra los dos nuevos que acaba de ganar, Beto me observa, sacude el polvo con sus manos y me enreda la pita voltea a ver a Mane y acepta el reto ¿de qué se trata?, Mane dice que “Rayones” o sea, aventar el trompo lo más lejos posible de un jalón, pero no sólo debe de llegar lejos, sino que debe de llegar bailando; ok estamos preparados… Fgggg! Mane y Beto nos arrojan fuertemente… Sí parece que voy bien ¡Qué bien! Llegué más lejos que el trompo de Mane y aún sigo bailando, bien dos trompos más a la colección de Beto…
Mane tiene cara de coraje y saca un billete que se supone era para las tortillas, se va enojado mientras tanto Beto sigue jugando conmigo y sus trompos nuevos; al poco rato regresa Mane y trae consigo tres trompos se acerca a Beto y le propone jugar. La apuesta: los tres trompos nuevos de color rojo contra los dos ya perdidos y… ………… yo; Beto dice que no y Mane al ver el cariño que Beto me tenía le dice: “los tres contra tu trompo azul”, Beto no quiere, pero no sabe qué hacer ¿apostar a Blusito? ¿Qué tal si lo pierdo? ¿Qué tal si se lo gana Mane y no lo cuida? Beto contesta: “mejor luego ya me van a meter”
Al otro día Beto regresa de la escuela como de costumbre, come algo y abre su mochila disponiéndose hacer la tarea, pero ¡ho sorpresa! Su libreta de tareas no está ¿cómo probar que tiene todas las tareas si no la encuentra?, busca por todas partes, en toda la casa, decide ir a la escuela a preguntar, pero no hay nada; al estar en su casa triste y chillando tocan su puerta, ¿Quién será?, sí, es Mane: “Beto me encontré tu libreta de tareas”, Beto: “ha, que bueno ¿me la das?” Mane: “te la apuesto en un juego de rayón” Beto: “sale”, Mane: “pero si pierdes me das tu trompo azul que siempre te cargas” Beto (pensando): “am… pero si gano prométeme que me das mi libreta” Mane: “Sí mira: aquí la tengo”, se la enseñó y se hechó a correr. Beto fue por mí inmediatamente, me está observando cuidadosamente… “Blusito no quiero perderte”, me llevó a su pecho y me enrolló la pita y salió a la calle…
Mane: “vente pues hay que aventarlos” y los dos niños preparados, un objetivo en mente: ganar. Meten el dedo índice en la pita y nos sujetan fuertemente, llevan el brazo hacia atrás, (como para agarrar vuelo) y con la mirada fija en el lugar más distante ¡Funnn! Nos avientan fuertemente, el aire me pega de frente y la punta de mi clavo roza el suelo, el trompo rojo (mi oponente) parece distante, creo que llevo la ventaja, parece que todo va bien, pero ¿Qué es eso? Rojo está pasándome, ¡no!, no puede ser si venía detrás de mí, No, No quiero defraudar a Beto… me esforzaré lo más que pueda, no, no puede ser no voy a alcanzar a rojo… todo está perdido, rojo cayó más adelante que yo y Mane parece estar muy contento, el semblante de Beto, no tengo que describirlo…, pero esperen, rojo no cayó bailando y yo aún sigo girando, ¿recuerdan lo que les dije de que no sólo se trataba de llegar lejos? ¡Sí!, lo conseguimos, una vez más Beto… !!!
Han pasado 25 años desde aquel día; los hijos de Beto: Migue y Tavo ni siquiera saben que existo, ellos están muy ocupados con esas consolas de videojuegos, tal vez por eso están un poco obesos; sentados ahí con el control en la mano, viviendo aventuras virtuales que afectan la realidad, no parpadean, creo que ni siquiera han hecho la tarea, la comida se sigue mosqueando porque no la pelan, si se descuidan pueden perder puntos y eso, para ellos, es fatal…
Yo sigo mirándolos desde un rincón… … pensando en que algún día fui motivo de diversión y ahora estoy aquí, en el fondo más remoto, con la sola compañía de mi pita y el polvo; esperando que algún día, en algún tiempo, con algún niño: la tradición vuelva a estar por encima de la tecnología… tal vez parezca imposible, pero seguiré esperando, seguiré teniendo fe, seguiré aquí con las telarañas cubriéndome todo, esperando a que ese día llegue…

Texto agregado el 01-05-2011, y leído por 309 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
02-05-2011 gracias por este cuento,me recordaste mi niñes, cuando los juegos eran otros,cuando todo era una aventura.gracias nuevamente. casanova08
 
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