te fui dejando palabras como migas de pan para que supieras que estaba ahí. un poco envuelta en sombras, pero estaba ahí esperando paciente que se diera todo para que los inicios no fueran tan largos, para que al fin ambos pudiéramos tener una certeza en la vida.
no te iba a pedir nada, ni palabras bonitas ni te quiero dichos de la boca para afuera. iba a quedarme sentada, iba a contarte desde mi lejanía, desde la tuya que las cosas estaban bien, que no tenías que preocuparte más ni mirar desde la esquina todo lo que sucedió en mi vida mientras tú no estabas.

si alguna vez decidías que yo era una verdad, probablemente habría visto las luces de tu auto llegando hasta la fachada de mi edificio y habría sentido el timbre sonar.
como no vi ni las luces ni sentí el sonido de la puerta cuando alguien está al otro lado queriendo entrar, me dormí.

creo que hasta ahora yo sigo dormida.