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soledad y triste final
el minimalismo del diez
alto edificio de oficinas
en la gran ciudad exuberante
planta diez
despacho diez
triste soledad
enfrente despacho once
acero y cristal
miradas furtivas
tengo frío
salí de trabajar, hace diez minutos ya
dije adiós diez veces
nadie me ha contestado
es tarde y estoy tan cansada
tan cansada
tan cansada
cuando llego a la estación
diez minutos he esperado
entre la muchedumbre incesante
de vidas apresuradas
nadie me ha mirado
me senté en una esquina del vagón
nadie a mi lado se sentó
he visto paisajes nocturnos
que con nadie compartí
volando deprisa delante de mis ojos llorones
mi frente apoyada en el cristal
y el cristal se ha empañado
con mi dedo he dibujado
he vuelto a escribir con mayúsculas
la palabra SOLA
y parece que esta llorando
ya se está desdibujando
entre hilillos de melancolía
gota a gota, despacito
que fácil es desdibujarse
cuantas veces lo he pensado
diez minutos esperando el autobús
nadie me ha hablado
y yo, con mis ojos buscones
de compañía soñada
buscando una mirada
que todavía no he encontrado
la línea diez he tomado
y completamente abarrotado
nadie me ha rozado
diez tristes calles anduve
a nadie encontré
a la farmacia he entrado
que ironía, hay un letrero luminoso
que parpadea, abierto de diez a diez
y diez con diez he gastado
he llegado a casa
calle soledad, 10,
nadie me abrió
diez lágrimas cayeron
y luego otras diez
nadie me las ha secado
diez abrazos necesitan
estos ojos tan llorados
nadie me ha abrazado
diez pastillas en mi mano
y luego otras diez
nadie me ha parado
a nadie le ha importado
al fin he tenido valor
cuantas veces lo he pensado
hoy he sucumbido a la épica de la soledad
diez minutos después, he dejado de ser
en la ensoñación de dejarme ir
a la puerta han llamado
tarde, como siempre tarde
diez de enero de dos mil diez
esquelas, página diez
mi nombre en negrita
“tus compañeros y amigos no te olvidan”
durante diez años me olvidaron
y ahora me pregunto
¿Quién seria?
nunca lo sabré
sobre la puerta yaciente
diez rosas rojas con nota
“para la chica del despacho diez
te amo, despacho once”
él, nunca se perdono su cobardía de años
y ahora vaga por los vagones
de los trenes invernales
escribiendo en el vaho de los cristales
en mayúsculas la palabra SOLO
y parece que esta llorando
y se esta desdibujando
que fácil es desdibujarse.
Soledades III
( soledad y triste final )
la soledad del tímido
El minimalismo del número diez
Antonio © M. ( T i T o. M.)
Abril 2011
Pensamientos Vagabundos
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Texto agregado el 28-04-2011, y leído por 306
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