Ella contestó el teléfono, recién salida de la ducha, tras medio minuto de insistente llamada.
‘‘¿hola?, me oyes, ¿cierto?, tras el auricular que sostienes… con tu mano en este momento… esa cosa de plástico, llena de… ¿cobre, cierto?, cobre que permite por cosas mayores a mis ciencias, que oigas mi voz a la distancia…
Aunque, bueno, el tema no es el teléfono… sino… ay, odio hablar por teléfono… lo siento… estoy algo nervioso… OK… bueno, lo haré ya… me callaré… digo, no es que tenga que callarme, digo, tengo que decirte algo, y no sé cómo hacerlo, nunca he sabido como decir las cosas… tu sabes, escribo, siempre escribo… y me explayo bien con las letras, pero de verdad, cuando hablo… cuando hablo soy muy torpe, lo sabes… un desastre… mejor sería escribirte una carta… un E-Mail, ya sabes, contarte todo… por escrito… o sea… imagínate, si apenas puedo decir algo por teléfono… ¡ufff!
No sé, no sé que será eso de mi… tu me conoces… lo comprendes… y me aceptas así… pero bueno, ese no es el tema… yo, yo… yo tengo que contarte algo… y quería decírtelo… bueno, en persona… pero… pero ciertas situaciones no me lo permiten… ahora… y bueno, creo que es importante que lo sepas después de todo… quiero decir… no es bueno ocultarnos las cosas… la sinceridad, la confianza y todo eso… digo, oh Dios, esto suena como si fuéramos… no lo sé, pareja… y bueno… no es así, aunque… digo, no sé como decirlo… bueno, ya sabes, no es tanto… digo… nos conocemos hace algún tiempo y… bueno…
¿Recuerdas cuándo nos conocimos?, en esa fila del banco… y que confundimos nuestros bolsos… si, eran iguales… y llegando a casa me di cuenta del error… y claro, tu, siempre tan organizada, con tu número, dirección marcados por si llegase a ocurrir que se te perdiera… si… y luego ese ponernos en contacto para el intercambio… y la primera vez que llame a este mismo teléfono… y contestó tu hermano… y yo pensé que estabas casada o algo… y nervioso, no sabía qué decir… o cómo identificarme… a pesar del mínimo dialogo que habíamos compartido en la fila del banco… por la hora, y eso…
Lo sorprendente fue claro… cómo lo que fue una junta para recuperar algo perdido, se transformó en una cita… Dios sabe cómo… digo… una cita, bueno, no es la palabra indicada, ya sabes esa palabra es más para algo… bueno, los que se gustan entre si… digo, enamorados, y eso… un interés más… profundo.
Si… y luego la casualidad de encontrarnos en la misma universidad… y la coincidencia de toparnos los miércoles y viernes en la biblioteca… los horarios de salida, o de almuerzo… yo… ah… bueno…yo…
Yo me he estado desviando del tema de la llamada… porque… bueno… yo te llamé para algo específico, que he tardado mucho en, bueno, en decir… que no debería decirlo así… y es bueno… yo… ay… yo… te amo…
Lo siento, es cierto, debería haberlo dicho desde un comienzo… no así… a última hora… no por teléfono… no… pero nunca pensé que sería esta mi última oportunidad… y creo que es importante de… bueno de que lo sepas… porque…
¡De verdad yo no quería que fuera así!, pero no pude evitarlo… caer a tus pies y pensar todo el día en ti… yo, bueno, eres…eres tan especial… para mi… aunque se que yo… que yo no… pero ese es otro cuento… otra historia que no podremos hablar…
Solo llamaba para eso… para que supieras que… bueno… que te amo… te he amado… todo este tiempo… y creo que era necesario que lo supieras… que yo te lo dijera… que lo supieras… antes de que… antes de que muera… te amo… adiós…’’
El colgó el teléfono… y solo se oyó la señal que anunciaba el fin de la llamada. |