Barnizò su cuerpo para que el dolor resbalara sin dañar su piel. Impregnò sus ojos con miel para endulzar sus lágrimas amargas . Plastificò su sonrisa para que no perdiera la frescura por el desaliento. Mientras su mente se perdía entre sueños sus pies no podían caminar.
Texto agregado el 25-04-2011, y leído por 248 visitantes. (7 votos)