-Por suerte de miles que nacen seguido solo uno sale así.
Estas palabras fueron dichas por un comisario en referencia a una mujer muy especial, que ofrece su cuerpo a cambio de nada a cualquiera que la pretenda.
Yo ante el interesante discurso paré bien la oreja, pues justamente estoy buscando una persona así, que cumpla con esas características. Hace mucho tiempo que ando solo sin compañía y debo torcer ésta situación de porquería.
Hasta que al final conocí a Silvina, la verdadera, con la cual estamos curtiendo una relación sentimental, pero claro, como era de suponer, con el acento puesto en la parte sexual, sinceramente, diría casi exclusivamente sexual.
Lo que tiene de fantástico la relación es que no hay dinero de por medio, cada cual con lo suyo.
Bueno pero ahora ocurre lo siguiente, llamo a Silvina para tener un nuevo encuentro y no aparece por ningún lado. Seguro debe tener mucho trabajo extra.
Al otro día, el comisario se hace presente con una patrulla, ha querer arrestarme, por el motivo de que hallaron a Silvina sin vida, y yo soy uno de los sospechosos de haberla asesinado, con lo cual deberé presentarme a una rueda de reconocimiento, debido a que del lugar donde la encontraron muerta, un vecino vió salir a un hombre al que podría tranquilamente identificar.
Afortunadamente, sin mucho, el asesino se declaró culpable, dice él, que se sintió engañado, que el móvil fue absolutamente pasional, que en definitiva lo hiso todo por amor, porque se sintió estafado.
La libertad está dentro y fuera de uno, con lo cual debemos ser libres pero también responsables.
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