Estados Unidos de Norteamérica tuvo a través de los marines desembarcos en Honduras en 1903,1907 y 1911. La idea siempre fue proteger las inversiones bananeras de la United Fruit Company.

Así fue como esta compañía se utilizó durante todo el siglo XX. A principios del 82 ocuparon las bases militares a favor de los contras para luchar contra los sandinistas en Nicaragua. Organismos Internacionales como America Watch y Helsinki Watch reconocieron las responsabilidades del país Imperialista en estos sucesos.

Más de 16.000 campesinos fueron desplazados por los contras. La Historia de los últimos años añade los acontecimientos de finales de junio del 2009, hechos conocidos por millones de personas y que demuestran hasta la saciedad como el presidente Manuel Zelaya fue sacado del poder a través de una conspiración y de un brusco golpe de Estado en complicidad con la derecha nacional, los grupos poderosos y las autoridades de inteligencia del país imperialista.

El Salvador fue testigo de sucesos horrendos que se conocen como La Matanza, de 1932. Un general de nombre Maximiliano Hernández masacró 30.000 campesinos. Se mantuvo hasta 1944 en una unión militar-oligarca donde finalmente fue derrocado. En 1969 ya cerca de 300.000 salvadoreños habían escapado hacia Honduras. Se impusieron los grupos paramilitares, conocidos como El Orden y Ansesal, ambos grupos liderizados por un tal general Medrano.

Durante los años 77 los salvadoreños siguieron engrosando las filas de las guerrillas, las presiones de los fraudes electorales, las represiones gubernamentales y los asesinatos a la población civil eran el pan de cada día. En febrero de 1980 el arzobispo Romero había negociado con el presidente Carter para que no le dieran apoyo a la Junta. Un mes después de estos logros fue asesinado en plena misa. Con la llegada del presidente Reagan al poder la tragedia contra El Salvador se intensificó.

La tragedia una vez más se repitió, mayo de 1980, contra campesinos que escapaban en la frontera hacia Honduras, fueron emboscados por tropas y helicópteros en pleno río Sumpul. Al menos 600 campesinos fueron masacrados vilmente por mercenarios, los documentos de Amnistía Internacional y las curias hondureñas fueron testigos de este genocidio.

Una vez que se diezmaron a las organizaciones populares, unidades élites siguieron atacando a los civiles, en las zonas controladas por la guerrilla. A comienzos del año 1984, el uso del napalm fue confirmado incluso por médicos estadounidenses. (John Constable de Massachussets, especialista en pacientes quemados en Vietnam.)

La guerra terminó oficialmente en 1992, sin embargo atrás quedaron los asesinatos en las selvas de curas jesuitas, por ejemplo en noviembre de 1989, sindicalistas, mujeres universitarias, campesinos.
En la misma ONU se generó un informe de una Comisión de la Verdad, allí denunciaron abiertamente a la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) a un tal Roberto D’Aubuisson, como uno de los líderes más notorios de los escuadrones de la muerte.

En el mismo congreso norteamericano, David Obey reconoció que los gobiernos encubrían y mentían continuamente mientras ocultaban las múltiples violaciones de derechos humanos. Carter-Reagan-Bush.

Una síntesis del libro:
ESTADOS UNIDOS, Intervenciones del poder imperial en cuarenta países del mundo. Guenther W. Roppel- Ediciones Aurora- 2005