–Capítulo 12–
La espada Maldita
Llegamos al pequeño cuadrilátero. Los demás tomaron asiento mientras Nid recibía a Tyrfing de las manos del guardia. Yo me dirigí al sector con tierra mientras recibía palmadas en la espalda por parte de mis amigos. Nid y yo ocupamos el terreno colocándonos frente a frente, a la prudente distancia con que recuerdo habían hecho hace dos días.
–¿Estáis listos? –preguntó el guardia. Ambos respondimos que sí–. ¡Pues comiencen, Balmung contra Tyrfing!
Al parecer Forgre le había dado una nueva indicación al juez… la de nombrar las armas que se enfrentaban. Rápidamente desenvainé a Balmung tomándola con ambas manos delante de mí, para mi sorpresa Nid usó la espada de una manera diferente otra vez… de la misma forma que yo. Corrí hacia él con la espada en alto en posición vertical, apenas lo alcancé hice el corte.
–Vaya, al parecer tienes un poco de ventaja –dijo bloqueando mi ataque, retrocedí después del impacto.
–¿Como dices?
–Balmung anula la maldición de la espada, incluso es posible que seas capaz de romperla si te esfuerzas…
Noté que no emitía el brillo negro, sin embargo instantes después de alejarse volvió a hacerlo.
–Entonces bastará con que te siga atacando hasta que cedas –indiqué sujetando firmemente mi espada con ambas manos.
–Es la opción más lógica...
Arremetí otra vez pero ahora comenzó a agitar la espada de un lado a otro bloqueando mis golpes, me adaptaba rápidamente a usarla… inclusive Nid intentó un contraataque que logré evadir saltando. Luego de un tiempo repitiendo el proceso yo comenzaba a jadear, supuse que era normal ya que nunca había luchado por tanto tiempo ni de esa manera…
–Vamos Nida, ¿ya estas cansada? No llevamos ni 20 minutos, si no te mueves lo haré yo –comenzó a correr aunque no de la forma rápida.
–Oye, ¿no podrías esperar un poco?…
–Por supuesto que no –Lo siguiente que vi fue a Tyrfing perforando el piso.
Los demás comenzaron a alabarme, e incluso a aplaudir gritando ¡Nida!, ¡Nida! Aunque no tenía idea de por qué era.
–Genial, lo hiciste por inercia… o eso parece.
–¿Que hice? –Me di cuenta estaba en posición agachada con ambas manos sobre la cabeza y con Balmung apuntando en diagonal y cubriéndome.
–Pues casi nada. Solo te pusiste en esa posición y cuando te impacté mi espada siguió el camino de la hoja de Balmung hacia el piso. Excelente forma de compensar tu falta de fuerza física…
Me puse de pie, extrañamente ya no me sentía agotada.
–¿Continuamos?
–Claro –Nid retrocedió unos metros y envainó la espada.
–¿No pensaras atacarme con eso? –recordé lo que había hecho antes al enfundarla, la enorme cantidad de materia negra consumiendo las llamas.
Los demás comenzaron a gritar desde lejos y reclamar que no era justo, que si acaso quería matarme.
–Llegué a la conclusión de que no puedo cumplir las condiciones para declararme ganador, mientras sostengas esa espada no podré dejar la mía apuntando a tu garganta por mucho tiempo, te mueves mucho más rápido que la vez anterior y eso me alegra, pero aun tu falta de fuerza me incomoda.
–¡Pues lo siento! No he entrenado toda mi vida para esto –le contesté enfadada.
–¡Forgre! Necesito que apruebes esto, si Nida aguanta el siguiente ataque, lo declararemos empate, si no ganaré yo…
–Oye eso no es justo, ¿por qué ganar no está entre mis opciones?
–Porque no es una opción –dijo subiéndose la bufanda–; te dije que te llevaría al límite y al parecer este es. Date cuenta que estás exhausta e incluso deberías agradecerlo ya que te estoy haciendo un favor con esto.
–Está bien Nidhogg, acepto tus condiciones –oí decir a Forgre.
Aunque no me gustaba nada la idea debía admitir que estaba agotada, nunca antes había luchado así.
–De acuerdo, ¿que se supone que tengo que aguantar?
–Primero sostiene la espada como lo hiciste hace unos momentos cuando desviaste mi ataque.
–¿Así? –tomé la espada con ambas manos a la altura de mi cabeza y la dejé apuntando hacia abajo y diagonalmente.
–Sí, así, ahora por nada del mundo sueltes la espada.
Con la mano izquierda en la vaina y la derecha sujetando la empuñadura preguntó;
–¿Estás lista?
–¡Sí!
Lo siguiente que vi fue a Nid desenvainando la espada excesivamente rápido, del envaine no salía solo la espada sino que la acompañaba la materia negra que había visto con anterioridad junto al mismo sonido extraño. La rara sustancia avanzaba hacia mi rápidamente dejando una recta marca en el piso, al momento que estaba muy cerca comencé a sentir miedo y por un segundo la idea de evadirlo pasó por mi mente… intenté moverme pero mis piernas estaban fijas, parecían de plomo. Lo único que me quedaba era bloquearlo.
Al momento en que me impactó sentí una enorme presión junto a un inquietante ruido, la materia seguía chocando contra Balmung. Lo extraño era que no la rodeaba, simplemente se limitaba a chocar directamente e intentar romperme la guardia. Hablando de romper la guardia… estaba en problemas, la cosa esa comenzaba a empujarme y moverme de mi lugar, sentí que no podría aguantar más y deje caer la rodilla izquierda al piso, apoyándola en él e intentando resistir lo más posible.
–¡Vamos Nida! –gritaban los demás, incluso Forgre se había puesto de pie para darme ánimos.
–Oye, ¿dónde quedó toda esa imaginación? –veía como Nid envainaba a Tyrfing, pero su ataque seguía empujándome–; después de todo venciste a Sanae, a Akira, e incluso pensaste en cómo detener al Dragón… ¿no crees que esto es mucho más simple que eso?
Aunque lo dijo de forma molesta… tenía algo de razón. Me las había ingeniado para lograr hacer todas esas cosas, aunque ahora que lo pensaba eran simples ideas que venían a mi mente, no era algo que pensaba elaboradamente… Cerré los ojos mientras seguía aguantando y pensé, lentamente me vino una frase a la mente junto a una voz… “Corta y separa”. ¿Qué significaba eso…? comencé a ponerme nerviosa ya que no se me ocurría nada, y la voz del pensamiento aquel no volvía. Debía hacer algo con las palabras “Corta y separa”. Miré al piso y me di cuenta de la posición en que sujetaba a Balmung, ¿cómo no me había dado cuenta antes? Reuní todas las fuerzas que me quedaban y comencé a cortar hacia arriba, lentamente… Aunque costaba bastante me alegró el hecho de ver que funcionaba. A medida que el filo de la espada ascendía la materia negra se dividía hacia los lados pasando alrededor mío y perdiéndose detrás de mi espalda.
–¡Hasta que te diste cuenta!
–¡Ahhh! –grité al mismo tiempo que terminaba de separar el ataque.
Caí al piso luego acabar con la materia, sin contar que estaba exhausta. Los demás vinieron a ver qué sucedía, Sanae y Firion me ayudaron a ponerme de pie.
–¡Empate! –gritó el guardia.
–¡Nida eso fue genial!, pensamos que esa enorme cosa iba a comerte.
–De todas maneras ahora manejas mucho mejor la espada, aprendes muy rápido. Ahora te mueves solo un poco más lento que yo –Akira se veía sorprendida.
–Entiendo a lo que te referías Sanae, parece que ninguno podrá ganarle…
–Aun no pierdas la esperanza, ahora me toca y planeo ganar aunque muera en el intento.
–Parece que no recuerdas que él te venció sin usar armas…
–Eso no cuenta, en ese momento le dejé todo a Nemhain.
Al momento de llegar al sector donde observábamos, me senté notando que Forgre estaba bastante alegre a pesar de que se repitió la historia del empate… Me sentía muy feliz de que todo hubiera acabado además de haber sido la única que lograse empatar.
–Supongo que es mi turno chicos, estén atentos a cuando gane. Y tu no pongas esa cara enana, después de todo hiciste lo mismo aquella noche –recordé cuando Sephi lo besó.
–¡Oye pero no es justo! –Sanae sujetaba a Sephi, la cual intentaba atacar a Akira con las campanas.
–¿Están listos? –“Si” respondieron ambos. Me pregunté de que manera usaría Nid la espada esta vez– ¡Entonces comiencen, Hoz de Thánatos contra Tyrfing!
Akira retiró la hoz de su espalda y mostrando gran manejo la sujetó con ambas manos girándola sin sentido y en todas direcciones, lo sorprendente es que no se hacía ningún daño. Luego de esa muestra de habilidad la Hoz cayó apoyada en su hombro con la cuchilla apuntando hacia arriba y el mango sujeto por su mano derecha.
–Guau, ¿viste eso? Akira maneja esa enorme cosa como si fuera de papel, y eso que Sephi apenas puede levantarla –Firion decía bastante sorprendido.
–Eso es porque ella lleva usando ese tipo de arma desde el primer día que puso un pie en la Mansión de Selene, además no tiene mucha ciencia, se basa en el impulso del arma ya que una vez que la pones en movimiento simplemente tienes que darle dirección y seguir agregando un poco de impulso.
–Ahora que lo mencionas... tienes razón –Firion retiraba la espada y comenzaba a hacerla girar moviendo solo la muñeca–; genial.
–Y después me dices que debería ser menos severa con él Nida… –Stella miraba a Firion que seguía jugando con su espada.
Dejando de lado los desvaríos de Firion, Nid aun ni siquiera había desenvainado a Tyrfing. Comencé a pensar que esta vez usaría solo los ataques extraños.
–Que pasa Dragoncito, ¿acaso no planeas pelear? Supongo que perder también es un premio para ti.
–Para nada, solo imagino la mejor manera de usar la espada contra ti, espero no equivocarme.
Nid retiró a Tyrfing con la mano derecha y con la izquierda empuñó la ¿funda?, ¡debía estar bromeando!, la funda jamás podría parar un golpe directo de la afilada Hoz.
–Qué manera más rara de pelear, pero haz lo que quieras de todas maneras ganaré –en este punto Akira comenzaba a saltar alegremente.
–¡Vamos Akira!, pelea en serio. La verdad si actúas así será muy aburrido, pero ya que tienes esa actitud déjame ser a mí el primero… –Nid tomó la espada, lo próximo que vi fue que estaba sobre ella con la espada en alto, similar a cuando lo evadí yo. Al dar el golpe la espada quedó incrustada en el piso, Akira se había movido unos pocos centímetros solo para evadir el ataque.
–Vaya Dragoncito, al parecer si quieres hacerlo en serio…, si es lo que quieres te ganaré usando el máximo.
Akira alzó la enorme hoz y con ella lo atacó de frente, que aun seguía en el mismo punto. No imaginaba como podría bloquear o evadir la cuchilla a esa distancia. Nid tomó a Tyrfing y golpeó la cuchilla hacia un costado, dejándola apuntando en otra dirección, luego con la funda de la espada detuvo el mango.
–¡Con que por eso usaba la funda! –gritó Forgre, era increíble como alguien de su edad podía estar tan emocionado.
–Este Nid es increíble, lo que me sorprende es que la use tan bien –dijo Sanae.
–Por supuesto que es genial, además recuerda que ha vivido muchos años –Sephi lo miraba impresionada.
–Es cierto, ahora que lo dices debe haber entrenado con cientos de oponentes que utilizaban estilos diferentes, debe ser por eso que tiene ideas de cómo usar cada arma apropiadamente.
–En cualquier caso... esta pelea esta a un nivel muy diferente a nosotros.
Dejé de pensar y comencé a mirar. Lo que vi era increíble, me recordó la pelea de Nid contra Saki. Akira era tan rápida como el ente ¡Usando la bufanda!, apenas podíamos notar los complicados movimientos, evasiones y ataques que hacían, pero lo que si podía notar era que Nid no atacaba a Akira… sino que golpeaba a la Hoz con todas sus fuerzas.
–¿Oye Dragoncito que problema tienes con mi hoz?
–Pues… solo quiero desarmarte y ganar.
–¿Sera que le tienes miedo? –Akira alzaba el arma.
–¡Es cierto!, ¡si Akira libera la hoz, Nid no podrá ganarle de ninguna manera! –gritaba Sanae–. ¡Akira, LIBERALA! –Sephi saltaba sobre ella y comenzaba a golpearla con Flippy.
–¡Sanae traidora!, ¡no la ayudes!
–Con que era eso… –juntaba las piernas.
–¡Espera!
–Dame el poder de decidir quién muere, Hoz de Thána… –Nid subió la bufanda y apareció con Tyrfing apuntando al cuello de Akira.
–He ganado, juez deme la victoria –dijo histéricamente Nid mirando al guardia, al mismo tiempo que Akira sonreía.
–…tos.
El portal apareció bajo ella obligando a Nid a retroceder mientras maldecía. Luego de envolverla, Akira y su nueva apariencia llenaron el campo con su presencia.
–Gané… Gané… Ganeeé… –decía con la espeluznante voz.
Todos sentimos un escalofrío, incluso pude ver al guardia que hacía de juez taparse los oídos.
–Rayos, no esperaba tener que llegar tan lejos… –Enfundaba la espada.
El ojo de Akira no parecía tener efecto en la espada envainada.
–¿Por…qué…no…funciona…?
–No puedes sellarla estando envainada.
–¿Y… ahora… que…harás…? –Akira caminaba lentamente hacia él quien parecía estar pensando en las opciones que tenía.
–Solo tengo una opción –Nid comenzó a erguirse sin quitar la mano del mango de la espada, Akira puso la hoz en posición de bloquear lo que se venía.
–Me rindo…
–¿¡COMO!? –dijimos todos a la vez.
–No puedo ganarle miren –se acercó a ella y con el pie intentó patear la hoz, pero su pie atravesaba la madera del arma.
–¿Pero y lo que me hiciste a mi?
–Si saco la espada la va a sellar, y aunque logre utilizar ese ataque seria anulado junto a la espada, además la única condición para ganar no se aplica a ella, aunque pueda apuntar mi espada a su cuello en su estado actual no representaría una amenaza. Supongo que Akira usando esa cosa es mi talón de Aquiles… a menos que quisiera matarla claro, después de todo no acostumbro usar pactos elementales. Diría que en un combate cuerpo a cuerpo ella es invencible, no solo no puede ser dañada físicamente sino que si algún arma tiene propiedad para dañarla de forma elemental ella puede sellarla… bastante conveniente según mi opinión.
–¡Gana la portadora de la Hoz de Thánatos!
–¡NOOO! –gritaba Sephi golpeando a Sanae.
–¡SIII! –gritaba Akira luego de volver a la normalidad.
–Sabía que no debía aceptar darle a ella la misma condición… pero que se le va a hacer –Akira agachaba un poco la cabeza para que Nid pudiera alcanzarla. Luego de que él la besara en la mejilla, Akira tomo su cabeza y lo besó en la boca.
–Ajaja, se veía venir eso.
–¡Ahora tu!, maldita sea –se limpiaba la cara.
–Hoy es el día más feliz de mi vida...
–¡Que sepas que estas descalificada para el próximo domingo!
–No me importa, es un precio que estoy dispuesta a pagar.
Nid tardó bastante en reponerse del suceso, aunque Nemhain no tenía prisa me pregunté cómo combatiría… Luego de un rato Nid comenzó a llamarla, la cual esperaba pacientemente entre todos nosotros, por lo que se veía no tenía la menor intención de ponerse de pie.
–Vamos Nemhain, quiero la revancha por lo de la otra vez. La verdad no te vencí a ti después de todo.
–Lo siento Nidhogg, pero si quieres la revancha tendrás que esperar a que sea de noche. En este lugar tal y como está no hay ningún rincón donde pueda transformarme en sombra y dependo totalmente de ello, supongo que te abras dado cuenta que yo no uso bufanda… –Se apuntaba al cuello, ahora que lo pensaba ella debía de ser uno de los casos únicos.
–Ams, bueno pues tendremos que posponerlo hasta la noche. Forgre ¿No tienes ningún problema con ello, cierto?
–Hm, no sabría decirte… ¿qué tan de noche?
–Seria cuando ya no allá sol, ahí estaría a mi más alta capacidad.
–Pero… entonces no podremos ver nada. Me gustaría poder apreciar la pelea si no les molesta –No había pensado en ello.
–Si lo desea puede poner luces, después de todo necesito oscuridad en el ambiente, no importa si hay luces iluminando.
–Ahhh, entonces de acuerdo, lo pospondremos hasta la noche
Forgre se incorporaba al igual que nosotros, después se despidió y marchó. Junto a él se fueron unos cuantos guardias. Ese día lo acompañaban a todo lugar, me pregunté por qué, era difícil de creer que necesitara seguridad en su propio Palacio.
Luego de que Nid nos pidiera a mí y a Sanae hacer lo mismo que esta mañana con Tyrfing para disipar el espíritu del dragón en la espada, se la entregó al guardia que siempre se encargaba de ella. Nos dirigimos al comedor. La pelea de Akira había durado bastante y yo necesitaba reponerme de mi enfrentamiento. Aunque no comimos nada pienso que consumí unos 2 litros de zumo, estaba demasiado bueno.
–Oye Nid, al parecer empezaste a empeorar desde hace dos días –se burlaba Sanae.
–Por muy bueno que sea, cumplir esas condiciones es bastante complicado… recuerda que se tiene que dejar al oponente en posición de derrota, si peleara en serio te aseguro que reclamarías por haberlo hecho –tomaba el mismo zumo de la cafetería, al parecer le gustó la frambuesa.
–Ja, me gustaría ver eso, después de todo nosotros tampoco fuimos en serio. ¿Cierto Firion?
–Claro, si hubiéramos querido hacerlo probablemente te habríamos mandado al otro mundo.
–Lo dudo bastante, además si son tan buenos creo que no es necesario que busque sus llamados, después de todo no necesitan liberar sus armas para lograr vencerme.
–No, ¡no dijimos eso!
Mientras explicaban de numerosas maneras la necesidad de que si buscara la forma de liberar sus armas, noté como Sephi se aproximaba a Nid sosteniendo a Flippy.
–Oye Nid… –Este apuntó su cara en otra dirección.
–No pensaras hacer lo mismo que Akira ¿No?
–Por supuesto que no lo hará, esa enana ya te besó y lo justo es que yo también lo hiciera.
–No, quiero saber si puedes explicarme lo que es ese gigante… –Levantaba las campanas.
–Hm, supongo que es algo como un pacto de invocación…
–Pero no es tan fuerte como la Hoz de la exhibicionista.
–¡Mejor eso que una Enana!
–Ejem... Puede ser que tus emociones afecten al gigante ese, recuerda que esta armas son afectabas por la habilidad de quien la usa, tal vez eso impidió al gigante estar a su máximo potencial –estábamos en lo cierto al parecer.
–Para mi suena bastante lógico –dijo Sanae.
–Yo también creo lo mismo.
–Ams, entonces si me molesto cuando lo llame ¿será más fuerte? –Miraba a Akira.
–Podría ser una manera… intenta pensar en algo que te moleste cuando lo llames y verás si tiene efecto.
–Lo intentaré, además ya tengo una idea de que cosa pensar cuando lo llame…
Sephi y Akira se miraban, se notaban las chispas entre ellas.
–Oigan ¿notaron que hoy Forgre siempre anda acompañado por guardias?
–¿Cómo?
Firion preguntaba, por supuesto que sabía que él no se había percatado, se repetía lo que había pasado en Brisnoa con la hoja… nunca cambiará.
–Sí, también lo noté, incluso cuando se fue del jardín lo seguían –decía Sanae pensativa.
–¿A que se deberá eso?
–Podríamos preguntarle directamente a algún guardia. ¿No creen?
–No había pensado en eso... Disculpe, usted, el guardia de ahí –le hacía señas al guardia más cercano.
El hombre me escuchó y corrió hacia mí.
–¿Se le ofrece algo?
–Sí, nos preguntábamos por qué hoy el señor Forgre siempre anda acompañado por tantos guardias.
–Eso es porque hoy es el primer lunes de este mes, el día en que viene uno de los agentes de Tartárius a cobrar impuesto. Siento decir esto, pero esa es la única información que manejo. Si están interesados en más deberíais intentar preguntarle a Lord Forgre.
–Muchas gracias.
–No hay de qué –Volvía a su posición.
–Aunque nos dieron la razón, sigo sin entender –dijo Firion, aunque estaba más preocupado por comer que del asunto.
–Sí, yo tampoco acabo de entenderlo...
–Me pregunto quién será este "agente de Tartárius", tal vez sea peligroso, eso explicaría la seguridad reforzada ¿no? –explicaba Sanae.
–Tartárius, he oído esa palabra antes...
–Vaya Nida, ¿y esa memoria? Dragoncito la nombró ayer ¿recuerdas?
–Hablando de Dragoncito... Digo Nid, ¿Por qué tan callado? –Hace bastante que no hablaba, solo estaba sentado ahí absorbiendo lentamente zumo por una pajilla.
Nid hiso caso omiso de mi comentario, ahora que lo pensaba ayer en la cafetería no había usado la pajilla.
–¡Oye! ¿Me escuchas?
–¿Ahhh?
–¿Que pasa contigo? ¿Acaso nunca habías visto una pajilla?
–Si las había visto pero no sabía para que servían, creí que era un simple adorno hasta que vi a Akira usarla.
Ahora que me daba cuenta, todos bebían del vaso directamente, incluso Sephi, con excepción de Akira que tenía una pajilla en su vaso.
–Si quieres te enseño personalmente a cómo usarla correctamente –dijo Akira mientras juntaba los labios mirando a Nid.
–Ya sé usarla –seguía mirando el vaso, al parecer no notó el mensaje en doble sentido–; lo que intento es entender como lo hace el liquido para subir con tan poca dificultad, que yo sepa el liquido tiene peso...
–Oye sí, no había pensado en ello –Tomé una pajilla y comencé a hacer lo mismo, los demás nos imitaron.
A los pocos segundos todos estábamos preguntándonos porque era así, sorbiendo de nuestros respectivos vasos. Después de tomar lo que parecía litros y litros de zumo hasta ya no poder más, dejé de intentarlo.
–Esto me la gana –dije frotándome el estómago, no podía seguir bebiendo.
–Ni yo –Akira estaba echada sobre la mesa.
.–Me pregunto si… –Nid empujó el vaso contra su boca, dejando la pajilla dentro del vaso con un extremo fuera, y luego comenzó a soplar, como era de esperarse el zumo salía por la pajilla escapando del vaso –¿tendrá algo que ver con el aire?
–Jeje, te acercaste bastante chico. Pero más exactamente es debido a la atmosfera, todas las capas de “aire” como tú lo llamas ejercen un peso y cuando pones la pajilla en tu boca el liquido es empujado por el peso de estas capas, debido a que dentro de ti no existe esa presión, se facilita el traslado desde el vaso hacia tu interior…
Todos nos giramos en dirección a donde habíamos escuchado la voz, el que había hablado era un sujeto bastante alto y delgado además de joven, debía tener una edad física de 25 a 30 años. Tenía el cabello rojo y usaba ropa purpura, sin contar la capa roja y unas hombreras puntiagudas doradas. A su espalda había un sujeto tan alto como él, se veía bastante viejo. Llevaba una sotana café oscura bastante desgatada y en su cabeza había dos pequeños cuernos, en su mano derecha sujetaba un enorme libro el cual tenía el doble de grosor que un grimorio normal.
–Pero Señor Krefnir, ¿por qué debe llevársela? Es mi posesión más preciada… –Oímos a Forgre decir entrando por el pasillo, los guardias lo seguían.
–Ya te dije viejo, las circunstancias han cambiado y extrañamente esto contiene restos de algo que buscábamos. Ahora si me disculpas, tengo que llevármela.
Con “tengo que llevármela” quería decir llevarse a Tyrfing, no lo había notado pero la espada estaba en su cintura emanando la misma sustancia negra de esta mañana, aunque en mínimas cantidades.
–¿¡Oiga por qué se lleva algo tan importante para el señor Forgre!? –grité, incluso podría decir que fue una reacción.
–¿Y estos críos?, no me digas que al fin decidiste adoptar niños anciano –Le daba unas palmadas en la espalda a Forgre–; aunque pienso que deberías enseñarles a decirte “Abuelo”, “señor Forgre” es algo bastante formal ¿no crees?
–No diga eso, ellos son mis invitados… –no quitaba los ojos de Tyrfing, en verdad parecía apreciarla mucho.
–Con que es eso, respecto a tu pregunta jovencita. No es algo que pueda andar diciendo a cualquiera, así que si me disculpan debo partir.
–¡Pero Señor!, ¡teníamos preparada la cuota, no es necesario que se la lleve! –Forgre estaba a punto de comenzar a llorar.
Krefnir se dio media vuelta junto al extraño sujeto, el cual abrió el gigantesco libro.
–Mira Forgre, creo que he sido lo más comprensivo que se le puede pedir a alguien, pero como agente de Tartárius debo hacer caso a mis responsabilidades y dudo mucho que alguno de ustedes tenga el valor o la capacidad de detenerme –El sujeto a su espalda comenzaba a pasar las paginas, todos los guardias parecían aterrados, sin embargo ninguno de ellos retrocedió de su posición rodeando a Forgre–. ¿Nadie?, entonces supongo que puedo marcharme…
–N–no puedo dejar que se marche con eso –Uno de los guardias avanzó apuntándolo con su lanza–; esa espada es demasiado importante para Lord Forgre y si enfrentándolo él puede recuperarla, con gusto estaría dispuesto a pelear por ella.
Por lo que veía era el más joven de los guardias, no debe haber tenido más de 30 años, ahora que lo veía bien era el que había hecho de juez.
–Lamentablemente eso no basta chico, lo único que obtendrías seria morir y luego me llevaría la espada de todas maneras.
–Cálmate Gungnir, no es necesario que hagas esto –Forgre lo sujetaba del brazo y lo devolvía a su posición.
–¡Pe–pero Lord Forgre!
–Tómalo como una orden –dijo firmemente, el guardia dejó de insistir.
–Oye Nid, deberíamos hacer algo… después de todo Forgre nos ha tratado muy bien…
–Si quieres intervenir hazlo, pero no tengo razón para hacerlo, no tengo idea de que está sucediendo de todos modos –En otras palabras tendría que hacerlo yo.
–¡Oiga no puede llevarse esa espada! –le grité mientras me ponía de pie.
Los demás también lo hicieron, con excepción de Nid que continuó examinando el vaso mientras balanceaba la silla, era increíble lo despreocupado que era.
–Es cierto, el Señor Forgre trabajó muy duro en ella y no puede llevársela así sin más –Sanae me apoyaba.
–Según lo que entendí ya tenía la cuota para pagarles, deberías aceptar lo que viniste a llevarte. Lo que haces ahora es robar –gritó Firion.
–Además Dragoncito necesita esa espada para pelear con Nemhain, todavía no se enfrenta a ella.
–Este asunto no les concierne a ustedes, y tu niña, parece que no entendiste la primera vez… –se dirigía a mí, el hombre a su espalda se detuvo en una página.
–¡Hefestos! –gritó Forgre.
En ese momento una llama apareció delante de mí y luego un hombre con muchas cicatrices y cadenas apareció frente a nosotros. Era calvo con excepción de una corta barba, llevaba un pantalón blanco bastante sucio y dañado.
–¿Crees que tu Herrerito tendrá una oportunidad?
–El asunto es conmigo, deja a mis invitados.
–Que lastima que tus años hayan pasado anciano, tu ente también está bastante deteriorado… acabaré primero con tu ente, eso te ensañara cuál es tu lugar viejo. Belfegor... haz lo tuyo.
Lo que supuse era su ente comenzó a buscar rápidamente entre las páginas, luego de detenerse en una de ellas y levantar la mano en dirección a Hefestos… nada ocurrió, el ente bajó su mano.
–Lo siento, fallé… –La voz del ente era como la de animal, y uno muy viejo.
–Espera Belfe… Hey tú, chico, no pude ver lo que hiciste pero sé que hiciste algo. Noté como te subías la bufanda y sé que significa cuando alguien de tu clase hace eso.
–De que hablas, solo pensé que iba a estornudar…, por eso me cubrí la cara.
–Detesto que se burlen de mi y ya me estoy aburriendo de esto, mejor me largo antes que haga algo que no deba.
–¡Alto ahí, no te llevarás lo que tanto aprecia el señor Forgre! –grité desenfundando a Balmung, los demás también prepararon sus armas.
–Esa cosa… la última vez que la vi fue hace 13 años…¡¿Son ustedes a los que tanto buscan?! ¡Pero si no son más que unos niños!
De un momento para otro quitó la espada de su cintura y se la lanzó a Forgre, afortunadamente logró tomarla sin hacerse daño.
–Cambio de planes, viejo puedes conservar la espada y tú te vienes conmigo –dijo apuntándome.
–¡Por supuesto que no!
–Nunca dije que fuera con tu consentimiento… –El extraño Ente volvió a buscar algo, se detuvo en una página y alzó la mano hacia mí.
Una gigantesca Jaula apareció alrededor mío, estaba hecha del mismo extraño material de casi todas las cosas elemento sombra, la materia oscura. Acerqué mi mano a uno de los barrotes para apreciar que era completamente solida.
–Belfe, si alguno de sus compañeros se entromete simplemente mátalo.
La jaula comenzó a moverse conmigo adentro hacia Krefnir.
–¡Qué demonios! –grité golpeando la jaula con Balmung.
Al primer impacto que di la espada comenzó a brillar. Entre más brillaba la espada, mas se desvanecía la Jaula, hasta que se desvaneció completamente y quedé libre.
–Parece que tendré que quitarte esa condenada cosa…
Los demás arremetieron contra él, Firion comenzó a crear llamas con la espada junto a Stella que las juntaba todas en un punto. Sanae usaba la técnica de incrustar la vara en el piso, lentamente se llenaba de agua toda la habitación. Afortunadamente para Nemhain… era de noche, así que Akira aprovechó de usar su pacto personal. Toda la habitación comenzó a ponerse oscura, al igual que aquella vez.
–Vaya, aunque sean niños tienen bastantes ases bajo la manga. Sin embargo yo tengo a Belfegor de mi lado y eso es más que suficiente para decir que no tienen oportunidad. Belfe, haz lo tuyo.
–Dame el poder de decidir quién muere, ¡Hoz de Thánatos!
Pero… nada ocurría, incluso Akira agitaba la Hoz esperando que funcionara.
–No puedes usar un pacto que utilice tanto espíritu y liberar tu arma al mismo tiempo, en estos momentos el pacto es el que consume espíritu, así que no tienes suficiente para utilizar la hoz –dijo Nid poniéndose de pie, no se veía muy cooperativo con la situación.
–¡Entonces tendré que pelear!
La enorme mano de agua sujetó a Krefnir desde el piso, lo mismo hiso con su ente el cual seguía buscando algo en el libro.
–Que ataque más raro, empieza a debilitarse pasando el tiempo.
El ente alzó la mano, había dejado de buscar páginas y en su palma apareció… ¿Una esponja?, una simple esponja de tamaño normal. Aunque no era nada normal porque al arrojarla al piso comenzó a absorber toda el agua e inclusive la que formaba las manos. Firion y Stella lanzaron la misma pared de fuego que habían utilizado contra Nid anteriormente, sin embargo el ente pisó la esponja y esta lanzó una enorme cantidad de agua apagando la pared que se aproximaba hacia ellos.
Tomé el compendio y busqué, para finalmente hallar;
–Belfegor: Ingenioso Demonio que seduce a los hombres con inventos y falsas promesas de riquezas, uno de los 7 demonios reyes del Infierno.
–Ajaja, como habrán notado, Belfegor tiene una invención para contrarrestar cualquier ataque, solo debe buscarlo ¿genial no?
–Que contrarreste esto… –dijo la tenebrosa voz de Nemhain, no podía ver donde estaba ya al usar ese pacto se hacía invisible.
Mientras ambos recibían golpes y por supuesto bloqueaban algunos, el Ente continuaba buscando en el libro.
–Apresúrate Belfe, esta tía pega bastante duro.
El ente dejó de cambiar las paginas y ahora en su mano apareció un pequeño artefacto con una hélice que comenzó a girar rápidamente y a elevarse, el pequeño objeto se situó entre ambos flotando en el aire, luego lanzó un pequeño rayo de luz hacia abajo el cual comenzó a expandirse circularmente hasta cubrirlos completamente, era una especie de barrera alumbrada.
–No puedo pasar…
Aunque no parecía digno de mencionarse, Sephi lanzaba continuamente las campanas de lejos, pero estas eran atraídas hacia la esponja, que después de chocar contra ella volvían.
–Que las continuas campanadas rompan el impérenme hielo… –comenzaba a recitar Sephi.
–¡No lo utilices!, destruirá todo el palacio –le gritó Nid, Sephi le obedeció automáticamente y siguió intentando darle usando las campanas.
–¡No creo que tu Ente tenga algo para contrarrestar esto! –Akira saltaba hacia él con la hoz en alto.
–No, no lo tiene –Krefnir bloqueaba su ataque con una pequeña daga en su mano derecha–; es por eso que yo soy el que lo hace.
Akira seguía lanzando golpes con la hoz, era increíble, de verdad que era rápida pero no lo suficiente. Krefnir evadía fácilmente los ataques con ligeros movimientos de cuerpo y otros simplemente los bloqueaba.
–Eres bastante buena chica, lo malo es que necesitas alejar mucho tu arma para poder volver a atacar, y quedas muy abierta a contraataques…¿¡Lo vez!?
Lo próximo que vimos fue a Akira caer, tenía una larga herida sangrando en su torso. Krefnir le había hecho un gran corte en el costado izquierdo de la cintura.
–¡Chica estúpida! –La pateó en nuestra dirección.
–¡Akira!
Cayó a mi lado, me agaché a ayudarla. Sanae corrió hacia nosotras rasgando la tela del brazo derecho de su ropa y comenzó a atar la tela en su cintura para evitar que siguiera sangrando.
–¡Vamos!, ¿¡acaso no pueden hacer nada más!? , tenía fe en ustedes… pero al parecer son como todos los demás ¿y qué hay de ti chica? Puede que tengas alguna oportunidad usando esa espada… Después de todo puedo lastimarte, la única condición es que no te mate.
–¡Cállate! –grité avanzando hacia él y apuntándolo con la espada.
–¡Espera Nida!
–Ah, estaba esperando, creí que si mostraba que tus compañeros no tenían oportunidad, tendrías algún interés en pelear chico… incluso intenté matarla a ella –apuntaba a Akira–; por supuesto que me di cuenta que mi daga fue desviada, ¡SI APUNTO AL CORAZON, DOY AL CORAZON!, pero te subiste esa maldita bufanda y fallé. Llegué a pensar en matarlos a todos, sin embargo se nos prohibió pelear contra el ente de la chica y que me la llevara viva, pero esa es una orden que no pienso obedecer… ¡sigues ahí sin hacer nada!; me irritas niño...
– ¿Dragoncito me salvó? –Hablaba con dificultad.
–Akira no hables, la herida podría abrirse de nuevo –Sanae presionaba la tela sobre su costado, me alivie bastante de ver que ya no sangraba. Firion y Stella venían a prestar ayuda, luego de que llegaran Akira cerró los ojos y la oscuridad de la habitación comenzó a desaparecer.
–¿No me digas que está…? –iba a comenzar a llorar ahí mismo.
–No, aun tiene pulso.
–¿Y por qué el pacto dejo de hacer efecto?
–Porque yo cerré su grimorio –Nemhain se agachaba junto a mí, se veía muy preocupada–; ¿cómo está?
–Se desmayó por la pérdida de Sangre, lo bueno es que la herida no fue tan profunda –comenzaba a pensar que si Sanae no hubiera estado ahí, Akira hubiera muerto–; no se preocupen, estará bien.
–Ahhh, que tierno, aunque lamento decirles que no estarán bien…, ninguno de ustedes.
Krefnir saltó hacia nosotros con la daga apuntando ahora a Sanae, le di la espalda y me puse entre ella y él…
–Nida, no hagas estupideces como esa… –giré la cabeza y vi a Nid de pie sujetando sobre él a Tyrfing bloqueando la daga, podía ver como la espada emanaba pequeñas cantidades de humo negro–. Si quieres salvar a alguien no lo hagas usando tu vida de escudo, si te hubiera matado no habría valido de nada… Si vas a salvar a alguien, vive para verlo realizado –Empujó la espada haciendo retroceder a Krefnir.
–¡A eso era a lo que me refería!, por fin alguien con quien pueda chocar espadas de igual a igual –Krefnir lo apuntaba con la daga, ahora de la mano izquierda salía otra, en ambas manos sostenía una–. Belfegor, quiero que encuentres como solucionar que se mueva tan rápido.
–¿Igual a Igual?, lo siento pero te faltan bastante años para alcanzarme…
–No seas presumido chico, incluso debo ser mayor que tú.
El ente se detenía en una página y alzaba la mano como de costumbre, solo que ahora apuntaba a Nid .Sobre él cayó una sustancia verde, se veía pegajosa y viscosa.
–Ajaja, ahora te será difícil moverte –Krefnir se ponía en posición de ataque y se lanzaba hacia él, con ambas dagas apuntándole.
Lo siguiente que vimos fue impresionante
–Te falta fuerza –Nid bloqueaba el ataque poniendo a Tyrfing en posición horizontal contra ambas dagas, luego lo empujaba lanzándolo hacia atrás.
–Te falta velocidad –Se colocaba la bufanda y aparecía frente a él, dejando atrás toda esa extrañaba baba verde y viscosa.
–Te falta habilidad –Golpeó ambas dagas haciéndolas volar, las cuales cayeron a unos metros de distancia.
–Y lo más importante, te falta poder –Ante la vista de todos comenzó a emanar la materia negra en dirección a la espada que parecía absorberla. La cabeza del dragón comenzó a formarse, esta se acercaba lentamente hacia Krefnir con la quijada abierta, la cual lentamente comenzó a desmaterializar el collar que llevaba en el cuello.
–¡O–oye amigo!, espera… me rindo –Krefnir levantó las manos en señal de derrota, su ente también lo hiso dejando caer el gigantesco libro, sin embargo Nid seguía acercando lentamente la espada. Comencé a pensar que lo iba a matar.
–¡Oye Nid!, ¿¡no deberías parar!?
Nid giró la cabeza y me miró, solo pude verlo un segundo de perfil, sus ojos eran rojos como los del dragón, al verme los cerró rápidamente y arrojó la espada quedando incrustada en la pared emanando grandes cantidades de humo negro.
–Lo… lo recuerdo. Así que por eso pude vencer al anciano del reloj…
–Hey, chico no se dé que hablas pero gracias por destruir esa cosa –Krefnir tomaba la mano de Nid y la agitaba–; ¿Belfegor tienes algo que ayude a esa chica? –El ente recogió el libro y comenzó a buscar entre las páginas, luego de detenerse se materializó una camilla y diferentes tipos de medicina incluyendo muchos vendajes.
–¿¡Qué se supone que está pasando!?
Krefnir se acercaba a nosotros, Sanae alzó la vara pero él tomó a Akira en brazos sin que pudiéramos reaccionar y la colocó sobre la camilla.
–¿Van a quedarse ahí o quieren darle una buena atención a su compañera? –Los demás nos acercamos y comenzamos a utilizar los vendajes en Akira, para ser sincera eran mucho mejores que un simple trozo de tela, sin contar que había diferentes fármacos.
Forgre y los guardias estaban tan confundidos como nosotros, Nemhain empujaba a Krefnir para que se alejara de Akira. Los guardias se nos acercaron para prestar ayuda, aunque no hicieron mucho ya que decían que Sanae había hecho un excelente trabajo.
–Oye, ¿¡Qué no querías matarnos hace unos minutos!?
–No voy a negarlo…, pero eso ya no es necesario, oficialmente fui derrotado. Supongo que él debe imaginar que ahora estoy muerto, al fin soy libre para hacer lo que me dé la gana –Se veía increíblemente feliz.
–Aun no entiendo nada –Sanae lo miraba.
Nid no se había movido del lugar, solo miraba la espada incrustada en la pared que seguía emanando la materia negra.
–El collar que ese chico destruyó, aunque la verdad no se qué diablos le hiso, era un enlace entre el líder de Tartárius y yo, simplemente seguía ordenes –recordé lo que pasó con Negamos–; pero ahora sin ese condenado amuleto ya no existe manera de que sepa si estoy vivo o muerto, y menos aun mi ubicación ni contactarse conmigo. Ah, lamento no haberme presentado formalmente, mi nombre es Zhatár Krefnir y soy uno de los 7 Demonios principales, o así es como nos llaman.
Cada vez entendía menos lo que sucedía.
–Ahora si me disculpan tengo que desaparecer, seguramente enviarán a alguien a investigar, yo que ustedes saldría de aquí lo antes posible… –dicho esto el hombre levantó la mano y caminó hacia la salida, sin antes detenerse junto a Nid–. Toma chico, seguramente lo necesitarás. Deberías intentar recuperar los 7, según me informaron ya tienes 1 y yo no lo necesito… –le entregaba su grimorio a Nid–. Hasta luego, espero volvamos encontrarnos... Y como dato útil, pelear contra los demás no será fácil, la única razón por la que esto acabó bien es porque eliminaste el collar, dudó mucho que mis compañeros tengan la misma idea que yo de abandonar rango y poder, aunque podrías intentarlo…
Forgre y los guardias nos ayudaron a llevar la camilla donde Akira reposaba a nuestro cuarto, luego de colocarla en la cama los guardias nos dejaron a solas, solo Forgre se quedó con nosotros. Nid nos había acompañado pero parecía en otro mundo, lo único que hacía era observar por la ventana, Akira seguía inconsciente.
–Nid, voy a llamar a Vidofnir… la necesitamos para ayudar a Akira.
–¿Cómo?, ah claro como digas.
–¡Activo el pacto! ”Qizoku pi uhpu” –“Libera mi alma”–, Luz de esperanza que en el cielo se esparce, ¿Vidofnir podrías presentarte? –recité, la bufanda de Nid comenzó a moverse incontrolablemente al mismo tiempo que desaparecía.
La pequeña esfera brillante se transformó en Vidofnir.
–Tanto tiempo... aunque no disponemos de él para hablar. Nida, usa el pacto de 4 versos, lo lanzaré sobre Akira. Para que tenga efecto deben quitarle las vendas –Al parecer estaba bastante apurada.
Luego de hacer lo que nos pidió, leí el nuevo pacto en su sección.
–“Zozo xoq noyhuk xo qu gixu c junu” –“Bebe del néctar de la vida y sana”.
Las alas de Vidofnir comenzaron a brillar como de costumbre, una pequeña jarra se materializó en sus manos.
Vidofnir dio de beber a Akira el contenido de la jarra, para nuestra sorpresa la larga cicatriz comenzó a desparecer para dejar su piel sin ninguna marca, después de ello despertó tosiendo.
–¿¡Que rayos!? ¡Esa cosa sabe horrible! –Escupía pequeñas cantidades de lo que traducía como el “Néctar de la vida”.
–¡Akira! –gritamos todos saltando hacia ella, incluso Sephi se nos unió al abrazo grupal.
–Ya, ya, si quiero un abrazo lo pediré, a menos que sea de Dragoncito, el siempre puede cuando quiera.
–Un gusto verlos…
Vidofnir se desvanecía y Nid se materializaba en la silla al borde de la cama. Seguía pensando en algo.
–¡Dragoncito! –Akira saltó a abrazarlo, pero este seguía callado.
–¿Nid estas en este mundo? realidad a Nid, ¡conteste!
–¿Cómo? Oye qué demonios, suéltame –empujaba a Akira hacia la cama.
–¿Que es lo que tanto te preocupa?
–Creo recordar, que esta no es la primera vez que pasa eso…
–¿Qué cosa?, ¿te refieres a vencer completamente a un sujeto? –dijo Sanae emocionada.
–No, es como sentirme poseído, me ha sucedido 3 veces, la primera fue con el anciano del reloj, la segunda fue cuando ayudé a Nemhain y ahora se repitió. La diferencia es que ahora me sentía más consiente…
–Quizá el dragón se apodera de ti –Firion movía las manos como si estuviera contando una historia de terror, claramente estaba bromeando.
Todos nos quedamos mirándolo…
–Jeje, saben que solo bromeaba.
–Pero que dices, ¡eso es lo más lógico que hubiera podido pasar! –gritamos todos, excepto Nid.
–Eso es de suponer, pero eso no explica por qué esta vez sí estaba consciente aunque ligeramente. Podía ver como acercaba la espada a Krefnir.
–Si me disculpan, podría darles mi opinión… no se mucho acerca del mal que posees chico, sin embargo se lo que hace mi espada y ella absorbe espíritu. Tal vez lo que ustedes llaman Dragón sea espíritu dentro de ti y como la espada lo consume este “Dragón” tiene más dificultad para superar tu voluntad –Forgre hablaba lentamente, como si eligiera cada palabra que decía.
–¡Eres un genio Forgre! Aunque no haya manera de probarlo, podría decirse que es la opción más lógica.
–Jeje, me alegra haber sido de ayuda. Me quedé para agradecerles a todos dos cosas, y ver si su compañera se mejoraba, al parecer está en plena forma –explicaba Forgre.
–¿Agradecernos dos cosas?
–Sí, primero gracias por recuperar a Tyrfing, más que perderla no quería que se la llevara un agente… y segundo y más importante. ¡Gracias por librarnos del control de Tartárius! –Forgre se inclinaba ante nosotros.
–¿Cómo?
–Hace mucho tiempo, Tartárius la ciudad de los demonios, ostentaba la fuerza militar más grande de todo el continente, para evitar muertes innecesarias las principales ciudades de Eucarias llegaron a un acuerdo. “Los Demonios principales, comandados por su rey llevarán control sobre aquellas ciudades designadas, si alguna vez uno de los demonios es derrotado, la ciudad designada a ese sujeto será libre de este tratado…” Esto se conoce como el acuerdo de los líderes, sin contar lo del “tributo” y otras cosas con menos importancia, a cambio de esto las ciudades beneficiadas por ello no podrán poseer poder militar alguno…, Krefnir ya no vendrá, somos libres. Sin embargo él tiene razón, deberíais abandonar este palacio lo antes posible ya que seguramente un agente de Tartárius ya esté en camino y no creo que tarde mucho. Medio o un día, más que eso no creo.
–Vaya, si ese es el caso deberíamos largarnos lo antes posible –Nid se ponía de pie–; viajaremos ahora mismo…, espero que no les moleste no dormir esta noche.
–Que se le va a hacer –Firion recogía sus cosas.
–Después de todo sabíamos que algún día íbamos a tener que irnos… –Stella ayudaba recolectando todo.
–¿Akira, piensas que estás bien como para poder partir?
–No lo sé…, podría venirme una recaída, tal vez deberías cargarme…
–Si de verdad necesitas eso que sea Firion quien lo haga, después de todo eres mucho más alta que yo.
–Tiene razón, si Nid va a cargar a alguien, será a mí y Flippy.
–Por supuesto que no, tú no estás herida.
El asunto duró un poco mas, Akira se sentía lo suficientemente bien como para que Firion no la cargara, Stella lo golpeó luego de que él imaginara lo que sería hacerlo. Después de todo el asunto tomamos nuestras pertenencias, no sin antes mirar el Negro Grimorio de Krefnir “Cualquier forma de lucha, no es más que un concepto ¿Belfegor, harás algo al respecto?” se leía en su portada, Nid guardaba el libro en su mochila.
Salimos de la habitación rodeados por muchos guardias, los cuales nos escoltaron a la salida por el gran comedor. Tyrfing seguía incrustada en la pared emanando el humo negro, Nid nos pidió a Sanae y a mi hacer lo de esa mañana una vez más. Después de “Exorcizar” la espada, la puso en su funda y se la entregó a Forgre.
–Me gustaría que la conservaras chico, nada me haría más feliz que las manos que la empuñaran fueran las tuyas…
–Lo siento Forgre pero no puedo arriesgarme a depositar aunque sea parte de mi alma en un objeto como aquel, sin contar que no quiero perder el control de nuevo… usando eso me volvería descuidado. De todas maneras gracias –Empujaba lentamente la espada a Forgre que la sujetaba con ambas manos, para demostrar que no aceptaba.
–Está bien, que sea como desees.
Forgre hiso que los guardias recolectaran algunas provisiones para el viaje. Luego de que tuviéramos todo listo partimos, me aguanté las ganas que tenia de darle mis respetos al joven guardia que había actuado tan valiente frente a Krefnir.
Lo siguiente que recuerdo es estar abandonando el palacio. En los días que había estado Forgre había descubierto muchas cosas nuevas, respondido preguntas e incluso averigüé algo más del pasado de Nid, pero todo tiene un precio... Más preguntas se sumaban a medida que avanzamos, el día hace 13 años y este nuevo asunto de Tartárius, no imaginaba en que iba a acabar todo.
Aquí termina el primer libro, si tiene aceptacion subiré los demás. :D |