¿Será parte de nuestro origen Venusiano?
Por Paulo E. Astorga Valenzuela
Innumerables, tanto teorías como hipótesis se han planteado, las cuáles han llenado miles de páginas, desde modestos escritos hasta libros de las más diversas complejidades, intentando definir el origen de la raza humana en la Tierra con muy poco éxito. En este afán, el hombre ha recurrido hasta explicaciones teológicas, dada aún la poca capacidad o quizás insuficiente información tanto de la ciencia como la tecnología, para acercarnos así sea de forma remota, a una conclusión más valedera, que de cierto modo sea aceptable y de pronto verificable o al menos más racional y/o cultural, entendiéndose como tal, a la suma de conocimientos producto del avance de esta.
Lo medular del tema, es que en la mayoría de los casos planteados, se ha escudriñado en nuestro pasado inmediato, vale decir, a partir de las primeras evidencias antropológicas reflejadas en el “Homo erectus” o bien, cambiando radicalmente a otro horizonte de sucesos como son el marco de las estrellas, galaxias o el universo en su conjunto.
Sin embargo, no se ha puesto de claro manifiesto por parte de los investigadores o al menos no se han pronunciado, como es el hecho de coordinar y entremezclar los distintos avances de las diferentes ramas de la ciencia y tecnología, como así también los aspectos teológicos, (entendiéndose como tal, todos los antecedentes que aportan los diferentes credos o culturas religiosas), etc., de suerte que, al ser correlacionados nos permitan orientar hacia una respuesta, aunque teórica u hipotética, con un margen de lógica más real, junto con fijar un sendero confiable y dar pasos más seguros para aclarar este misterio.
Me declaro confeso, ser sólo un aficionado al tema, pero esta constante inquietud me ha llevado a intentar focalizar parte de este enigma y para ello, aplicando una lógica común, he construido una hipótesis del posible origen de la humanidad en la Tierra, a partir de elementos conocidos y que son parte de la ciencia, el cual expongo de manera somera en las siguientes tres partes y su breve conclusión.
PRIMERA PARTE
(Orígenes de la Humanidad – Osvaldo Silva Galdames y José Luis Schroeder Gutiérrez – Historia de Chile Ilustrada).
Para llegar a ser hombres y mujeres con las características actuales, tuvieron que pasar millones de años. Los científicos aún no se ponen de acuerdo para determinar si fueron seis, tres y medio o dos y medio millones de años.
Hasta el momento no ha sido posible establecer con exactitud. Ello debido a que las reconstrucciones de la evolución humana es decir, las transformaciones que experimentó el tamaño, la movilidad de los dedos, las características de rostro y la forma del cuerpo sólo se han podido determinar con el estudio de unos pocos huesos del cráneo, las mandíbulas o las extremidades.
Aún así, los investigadores parecen concordar en que los primeros hombres llamados Homus Erectus, que quiere decir que andaban erguidos como lo hacemos nosotros y podían levantar la cabeza para mirar hacia lo alto y hacia los lados surgieron hace unos dos y medio millones de años. Ellos no lograban emitir sonidos que les permitiesen hablar. Se comunicaban por señas y ruidos, similares a los que efectúan los niños entes de decir las primeras palabras.
Hace unos 300.000 años en lo que hoy es Europa, por razones que todavía no se comprenden bien, grupos de Homo Erectus comenzaron a cambiar su aspecto físico. Ese cambio, seguramente, se relaciona con las necesidades de adaptarse a nuevos ambientes. Es decir, crear herramientas y sistemas de organización social que les permitiesen sobrevivir en lugares con recursos distintos a los que estaban acostumbrados por espacio de dos millones de años, lo que se denomina como evolución cultural.
Aparecieron así los llamados Neanderthal, cuya mentalidad debió ser muy parecida a la nuestra, aunque el cuerpo siendo mas alto, aún conservaba rasgos de sus antecesores Homo Erectus - Neantherdal - Rec.1.jpg.
Los Neanderthal convivió durante muchos años con el Homo Erectus que se hallaba en Asia continente hacia el cual emigraron cuando la población creció y las tierras se hicieron escasas- pero no se mezclaron con ellos. Algunos científicos sostienen que los encontraban muy primitivos, pues eran incapaces de fabricar las variadas armas y herramientas de piedra, hueso o madera que los Neanderthal habían aprendido a confeccionar para cazar grandes animales.
El Neanderthal amaba, sufría y lloraba. Probablemente por ello no practicaba el infanticidio femenino y, al aumentar la cantidad de mujeres la población creció.
Enterraban cuidadosamente a sus muertos, depositando flores y derramando lágrimas sobre el cadáver, demostrando así que creían en una vida extraterrenal (Ver recuadro N° 2).
Debieron adorar a seres superiores que habitaban en el cielo, creadores de hombres y mujeres, y de todos lo elementos de la naturaleza que les rodeaban. Importante para ellos era el rito a los espíritus de sus antepasados, entendiéndose por tales a todos los ancestros que provenían del linaje o grupo familiar.
Alrededor de unos 100.000 años atrás, debido a otros procesos de cambios por la necesidad de adaptarse a nuevas condiciones ambientales, surgió el “Homo Sapiens” –u hombre moderno- en el centro de Europa.
Su aspecto físico no difería mucho del que tenemos actualmente.
Los primeros restos de este tipo humano fueron hallados en un sitio de la región de Dordoña, en Francia, llamado Cro-Magnon, razón por la cual fueron bautizados con ese nombre los cuatro esqueletos adultos y un infante (niño) que habían sido enterados allí, junto a herramientas de piedra adornos de concha y collares de dientes de animales.
Los restos correspondían a un hombre adulto, dos varones más jóvenes, una mujer joven y un niño de dos o tres semanas. Probablemente se trataba de una familia muerta por algún derrumbe de piedras en la cueva en que habitaban.
Un científico contemporáneo, que estudió sus restos, Tom Prideaux, sostiene que “los varones alcanzaban una talla media de 1,72 metros, tenían frente alta, mentón prominente, nariz aguileña y dientes bien alineados (...) como se parecen tanto a los europeos actuales en la configuración (forma) de sus esqueletos, los hombres de Cro-Magnon debieron parecerse también aquellos en otros aspectos: su piel era clara y su cabello muy parecido al de los modernos caucasianos (blancos)” (Ver recuadro N° 3).
SEGUNDA PARTE
Una de las características más curiosa y significativa de nuestro Sistema Solar, en el cual giran nueve planetas alrededor del Sol con una cierta simetría en su traslación, con la excepción de Saturno que lo hace con una cierta inclinación con relación al resto de los planetas en sus órbitas, es que todos además tienen un giro similar en la rotación sobre sus propios ejes, vale decir, a modo de referencia óptica, la misma de la dirección de las órbitas de traslación, por ejemplo: de izquierda a derecha; sin embargo, existe una singularidad en el caso de Venus, que lo hace exactamente en sentido contrario, es decir, su rotación sobre su eje es de manera retrógrada, o dicho de otro modo, en sentido inverso al de traslación, o de derecha a izquierda para el ejemplo.
Venus, (Enciclopedia Universal Sopena – 1963 – Tomo 9 – Pág. 8969) que es el segundo planeta por orden de distancia del Sol, con la órbita entre Mercurio y la Tierra, es de tipo terrestre, con una distancia media del Sol de 0,7233 U.A. (U.A.= Unidad Atómica, igual a la distancia del Sol a la Tierra), es decir 108 millones de Km. En perihelio 0,7184 U.A. y en afelio 0,7282 U.A.
La distancia de la Tierra máxima alcanza los 259 millones de Km. y la mínima de 38 millones de Km. Completa su recorrido en los primeros cálculos en 224, 701 días comparados con la Tierra.
En su aspecto físico, está rodeado de una espesa atmósfera que impide ver el suelo, de dónde la discrepancia en las apreciaciones de su período de rotación. El último cálculo de 243 días, que es en sentido retrógrado, se debe a investigaciones con radiotelescopios.
Es muy difícil de observar, a pesar de ser el planeta que más se aproxima a la Tierra, pero cuándo está más cerca, que es en conjunción interior, nos presenta el hemisferio no iluminado por el Sol; antes y después de esta posición, se nos presenta como un creciente tanto más delgado cuanto menos días dista de ella. Si está al O. Del Sol, sale antes que éste con una anticipación que puede llegar a ser de unas 4 horas; es el llamado “lucero del alba” o “estrella matutina”; si está al E. Del Sol, sigue a éste y se pone después de él, hasta con un retraso de 4 horas, entonces es el “lucero vespertino”.
La temperatura de las capas externas de su atmósfera (“formada por anhídrido carbónico en gran parte, vapor de agua y otros en corta proporción”), es de menos (-) 22 grados, más(+) 8 grados, y la de su suelo es del orden de 270 a 400 grados Celcius, según se ha descubierto por radioastronomía y con las sondas norteamericanas y soviéticas.
Su intensidad gravitatoria es ligeramente inferior a la Tierra, es decir, 0,873.
A través de modernos satélites se logro fotografiar (dos sondas espaciales soviéticas en 1975), lo que permitió confeccionar mapas de su superficie en la cual se observa una cadena montañosa en la que existe un enorme cráter (Recuadro N° 4, y Recuadro N°5 y Recuadro N° 10) cuyas dimensiones son igualadas en tamaño a un Estado norteamericano, como así también, en el macizo montañoso, el Monte Maxwell, alcanza unos 27.000 metros, vale decir casi tres veces la altura del Everest, que es el pico más alto en la Tierra, el cual sobrepasa ligeramente los 9.000 metros.
(Mapa Cilíndrico de Venus. En este sencillo mapa cilíndrico se muestra la superficie del planeta Venus. Los bordes derecho e izquierdo de la imagen corresponden a 240° de longitud este. Los bordes superior y inferior están a 90° de latitud norte y 90° de latitud sur respectivamente. La región brillante situada arriba, a la izquierda del centro es el Monte Maxwell, la montaña más alta de Venus. La Tierra de Afrodita, una extensa región de la meseta, se extiende a lo largo del ecuador hacia la derecha del centro. Las marcas oscuras esparcidas por toda la imagen son halos que rodean algunos de los cráteres de impacto recientes. Este conjunto global de datos revela un conjunto de cráteres consistente con la edad media de la superficie de Venus de 300-500 millones de años. (Cortesía NASA/JPL) )
Venus es casi del tamaño de la Tierra, es decir:
Masa (kg) 4.869e+24
Masa (Tierra = 1) 0.81476
Radio ecuatorial (Km.) 6,051.8
Radio ecuatorial (Tierra = 1) 0.9488
Densidad media (gm/cm^3) 5.25
Distancia media desde el Sol (Km.) 108,200,000
Distancia media desde el Sol (Tierra = 1) 0.7233
Período rotaciones (días) -243.0187
Período orbital (días) 224.701
Velocidad orbital media (km./seg.) 35.02
Excentricidad orbital 0.0068
Inclinación del eje (grados) 177.36
Inclinación orbital (grados) 3.394
Gravedad superficial en el ecuador (m/seg^2) 8.87
Velocidad de escape en el ecuador (km./seg.) 10.36
Alabedo geométrico visual 0.65
Magnitud (Vo) -4.4
Temperatura superficial media 482°C
Presión Atmosférica (bares) 92
TERCERA PARTE
Revisando aspectos teológicos, a través de la Biblia en el Génesis 6, este señala:
“-Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas
2 que viendo los hijos de Dios, que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.
4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos-“
A continuación el Génesis 6 y 7 hacen referencia al diluvio que afectó al planeta por aquellos días.
En otro orden de ideas, nos encontramos una gran cantidad de casos de construcciones en las que, de manera aparente, no tendría una participación directa el hombre, incluida su idealización siguiendo una razón lógica como es el caso de las grandes y complejas estructuras que para llevarlas a cabo se requerían de tecnologías muy avanzadas para la época. Entre ellas se encuentran, a modo de ejemplo, las grandes esculturas de piedra en la Isla de Pascua o "“Rapa Nui" en el Pacífico, con bustos colosales de hasta 15 metros de altura, así como sus tabletas de jeroglíficos indecifrados de sorprendente parecido con otras tabletas halladas en el Valle del Indo en 1932. Las paredes de Sacsahuamán y otros restos preincaicos son de suyo un misterio arqueológico, ya que tienen una enorme antigüedad, y los sillares están engastados tan estrechamente que parecen fundidos. No existe una explicación acerca de la manera como pudieron ser transportados estas enormes piedras, que presentan extraños ángulos externos e internos, ni de cómo fueron cortados, medidas y colocadas por puebles prehistóricos de los que ni siquiera los incas tienen memoria.
Tenemos también las líneas de Nazca (Perú), que desde tierra resultan difíciles de advertir, y sólo fueron identificadas a mediados del siglo XX, mediante observaciones aéreas. Este fenómeno de una antigüedad desconocida, representa animales, pájaros, formas geométricas y, en opinión de muchos, pistas de aterrizaje (Ver recuadro N° 6).
Otros ejemplos más modernos, tomando como referencia la aparición del “Homo Sapiens” hace 100.000 años, los podemos encontrar en las grandes pirámides de Egipto, con una antigüedad promedio de 5.000 años a.c., en las cuales existe una razón aparente como la de monumentos funerarios, pero no así la capacidad tecnológica para movilizar grandes piedras para sus construcciones.
Estas dan cabida a muchas interrogantes, como lo señala Charles Berlits en su libro “El Triángulo e las Bermudas” (Pág. 246).
“-Algunas medidas de la Gran Pirámide que fueron tomadas de acuerdo con el codo egipcio, indican un asombroso conocimiento de la Tierra y del lugar que este ocupa en el Sistema Solar; conocimiento que estaba olvidado y que no fue descubierta hasta la era moderna. La información puede expresarse en términos matemáticos:
a) El perímetro de la pirámide es equivalente al número de días del año: 365,24
b) Doblando el perímetro se obtiene el equivalente a un minuto de grado del Ecuador
c) La distancia desde la base hasta el vértice, medida por el costado, es 1/600 de grado de latitud
d) La altura multiplicada por 10 elevada a nueve, da la distancia aproximada de la Tierra al Sol
e) El perímetro dividido por doble de la altura, da el valor de Pi, 3,1416 que es considerablemente más exacto que la cifra de 3,1428 a la que llegaron los antiguos matemáticos griegos
f) La altura de la pirámide multiplicada por 10 elevada a 15, da el peso aproximado de la Tierra
g) El eje polar terrestre cambia día a día en el espacio (trayendo una nueva constelación del zodíaco detrás del Sol cada 2.200años) y alcanza su posición original una vez cada 25.827 años, cifra que aparece en la pirámide (25.826,6) cuando se suman los diagonales de la base puestas en cruz
h) Las medidas de la cámara real que existe dentro de la pirámide, arrojan las dimensiones exactas de los dos triángulos básicos de Pitágoras: 2.5.3 y 3.4.5, aunque fueron construida miles de años antes que Pitágoras. Y estas son solo algunas de las medidas coincidentes de la Gran Pirámide-“
Estas obras arquitectónicas no fueron exclusivas de los egipcios, pues se han construido por puebles muy distintos y en lugares muy diversos y alejados entre sí, como Grecia, Asiria, India, Siam y México. Aunque el principal y aparente objetivo de estas pirámides pareciera ser que fue el de servir de monumento funerario para el faraón que las mandó erigir, la grandiosidad y proporcionalidad de sus dimensiones, su orientación y algunos otros detalles (Ver recuadro N° 7 ), parecen darles además un sentido simbólico profundo.
Retomando el ámbito de nuestro análisis desde la aparición del “Homo Sapiens” y de acuerdo a datos conocidos, nos encontramos que en su desarrollo ellos se iniciaron en el arte, especialmente en las paredes de las cavernas dónde habitaban. Este arte rupestre, que incluía dibujos de animales, manos y signos mágicos, es uno de los más bellos producidos por el hombre. Las primeras muestras de él fueron descubiertas en el siglo XIX en el sur de Francia y España, zona dónde existen más cavernas que en el resto de Europa.
Con relación al desarrollo del arte, resulta enigmático que en una figura “maya” labrada en piedra en la tapa de un sarcófago que s encontró dentro de la pirámide, aparece un dibujo, como lo señala el escritor científico (ruso) Alexander Kasantsev “ -que la placa sería la réplica de un vehículo espacial, en la que pueden advertirse, aunque estilizadas, una antena, sistemas de dirección de vuelo, turbocompresores, panel de control, tanques, cámara de combustión, turbina y tubo de escape-“ (Ver recuadro N° 8).
Para sintetizar esta tercera parte, cabe agregar que es enorme la variada gama de hechos, algunos confusos, provenientes de la era cuaternaria, que mantienen asombrados tanto a científicos como el común de la sociedad, sin poder encontrar aún una explicación adecuada, que aclare tantos misterios de este pasado no muy remoto, si nuestra óptica de observación es a partir de la era arcaica, es decir, un mil cuatrocientos cincuenta millones de años del planeta Tierra.
CONCLUSION
A partir de la escueta reseña de los antecedentes expuestos en las tres partes anteriores, es viable aventurarse a construir de manera armónica y siguiendo una lógica aceptable, una mediana conclusión hipotética de la procedencia del hombre en la faz de la Tierra.
Para fijar un punto de partida en este abordaje, imaginemos que la totalidad de los planetas del Sistema Solar desde su creación, describían iguales órbitas tanto de traslación como de rotación, y para no escaparnos de esta área de reconocimiento, vamos igualmente a suponer que de los anillos de Saturno o del circulo de asteroides de nuestra galaxia, se desprende del primero o uno de sus asteroides del segundo nombrado, lo que no invalida que pueda tratarse de otro errante proveniente de la galaxia, y dada la mayor fuerza de gravedad del Sol, al ser atraído hacia éste, en su trayectoria colisiona con uno de los planetas más próximos a él, caso de Venus, que al ser impactado en uno de sus hemisferios, es volteado de manera tal que lo hace cambiar su posición de Polo Sur por el de Norte o viciversa, sin alterar su rotación, con lo cual este queda girando de manera inversa o retrógrada con relación a los restantes y es como lo apreciamos hoy en día (Ver recuadro N° 9).
El fundamento para esta explicación, lo encontraríamos con la presencia del gran cráter que existe en Venus, sumando a ello, que por corrimiento de las placas debido al fuerte impacto, se hayan producido enormes elevaciones de montañas, las que superan en gran medida a los originados en la Tierra, creados estos últimos aparentemente, mediante un proceso más natural.
A consecuencias de este desastre, es loable comprender lo enrarecido de su atmósfera con componentes similares a los de la Tierra, pero con un caos total producto de una catástrofe de grandes proporciones.
Al tratar de precisar de hace cuanto tiempo habría ocurrido semejante desastre en Venus, es necesario ordenar tanto datos como ideas que mediante una asociación lógica nos den un camino más valedero.
Ahora bien, si antes de esta presunta catástrofe en Venus, su conformación geofísica, climática, temperatura ambiental, etc. etc., eran muy parecidas a las actuales de la Tierra, es obvio aceptar que su conformación biológica eran muy parecidas, por lo tanto que haya existido vida tanto animal como vegetal y se haya desarrollado algún tipo de vida inteligente.
Si dentro de los antecedentes conocidos, consideramos la diferencia de gravedad, al ser menor la de Venus dada su masa o tamaño ligeramente inferior a la Tierra, de haber existido humanoides con características parecidas, fácilmente podrían haber desarrollado un mayor tamaño, lo cual se ajustaría a antiguos escritos o justificaría plenamente los gigantes que se mencionan en la Biblia, en el Génesis 6 número 4, como Dioses venidos del espacio.
Si aceptásemos todos estos hechos como lógicos, también es probable que esta raza inteligente venusiana, alcanzaran una evolución cultural y científica impredecibles comparadas con las de la Tierra en la época del “Homo erectus” e incluso podríamos aseverar que viajasen por el espacio, lo cual sin lugar a dudas, su primera parada expedicionaria sería nuestro planeta por ser el más próximo.
A ello podríamos agregar que dentro de sus múltiples adelantos en ciencia y tecnología, la inseminación artificial no estaría ausente en lo que ciencia biológica se refiere, lo cual explicaría la repentina transformación del “Homo erectus” que había permanecido invariable en el tiempo (más de dos y medio millones de años), surgiendo un nuevo espécimen humano que es muy evolucionado con su antecesor, caso del Neanderthal (hace 300.000 años aprox.), para luego, en una evolución maratónica, llegase a parecerse al actual hombre moderno, como es el caso del Cro-Magnon (hace 100.000 años aprox.) u “Homo Sapiens”; lo que estaría dejando ver claramente una injerencia extra terrenal y de paso una vez más justificando la Biblia que cita la presencia de gigantes y su mezcla con la nueva raza en formación en la Tierra, como se señala en el Génesis 6, números 2 y 4.
De continuar nuestras presunciones en lo correcto, es viable además comprender que para estos gigantes venusianos conocedores del desastre de su planeta, la onda de calor alcanzaría y afectaría en un tiempo determinado a la Tierra y desde luego poder predecir y/o anunciar el diluvio, como aparece también reseñado en el Génesis 6 y 7 de la Biblia.
Finalmente, a partir de este escueto pronunciado hipotético, imagino que es posible continuar atando cabos sueltos por los expertos en la materia, como por ejemplo la conformación genética a través de los fósiles tanto del Homo erectus, el de Neanderthal y el Cro-Magnon entre otros, y de pronto estructurar una teoría más aceptable en la determinación del verdadero origen de la raza humana en la Tierra, y quién sabe si de pronto existe algún vestigio de estos venusianos rondando en el Sistema Solar (OVNI) y nos lo confirmen algún día.
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