AVE TRISTE 117 palabras
Aprendí a amar de un ave
Triste, fue mi compañera;
Llegó, cuando de amor moría;
Cuando al sol, la tarde lo mataba.
No tenía plumas de adulto.
Era un invierno sin fronteras.
Voló al árbol de mi huerto,
Cayó a mi ventana, adolorida:
Sin pan, sin mañanas, sin plumaje;
Permitió que mi mano acariciara,
Su cabeza de diosa, su pelaje.
Vivió a mi lado agradecida,
Un canto de amor en su garganta,
Tendiéndome su ser y mil caricias;
Enseñó con vehemencia la pureza,
Lloró por mí, las desventuras.
Una mañana, triste de invierno,
Se esfumo entre mis manos.
Su palidez, aún la tengo,
En mi alma, sueños y arcanos.
Reinaldo Barrientos G.
Rebaguz
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