Un infeliz se sentó en un banco infeliz; Él leyó un periódico infeliz con noticias infelices; Al término del día el infeliz logró descansar, infelizmente obvio, Durmió soñando infelicidades. La historia se repite día a día, pobre infeliz, ¡ Pero que acaso no te das cuenta que las cosas pueden cambiar! ...
Texto agregado el 19-04-2011, y leído por 139 visitantes. (4 votos)