Me dices te quiero, pero no me llamas, no me buscas, no me encuentras, no me conoces, no me entiendes, no me escuchas. Me dices te quiero, y te vas. Me dices te quiero, y vuelves, y me engañas, me prometes, me besas y me arrancas el alma. Me dices te quiero, pero sólo lo dices. Me dices te quiero, y yo te creo, te amo, te adoro, te odio. Me dices te quiero, pero me quieres porque soy débil, porque tienes el control sobre mí, porque cada vez que te odio y soy independiente vuelvo a ti, y entonces me odio a mí. Me dices te quiero, pero sólo lo dices. Entonces quiero sacarte de mi cabeza, de mi vida, de mi alma, de mi corazón, de mi piel, de mis días, de mis noches, de mis recuerdos, de todas las calles de esta ciudad, de mis decisiones, de mis lágrimas, de mis heridas, de mi sangre, de mis sonrisas, del frío, del tacto... Pero me dices te quiero, y me va la vida en ello. Me dices te quiero, y ya nunca más te creo.
(te odio)
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