No soy un científico. No soy un psicólogo. No soy más que un hombre común y corriente… y eso es lo que temo.
Hay… hay una bestia dentro de mí… como la del Dr. Jeckyll… si, quizás no como la ha planteado Stevenson en su célebre obra… pero esto es realmente peligroso. Soy un psicópata, un asesino, ¡un monstruo!, pues me domina Mr. Hyde… ese yo que despierta en mi cabeza y que no puedo hacer callar.
A veces me sorprendo con las manos en el cuello de la gente que amo… y veo a mi esposa muerta sobre nuestra cama… y ella me pregunta por qué la miro con esos ojos… aterrorizado huyo sin respuestas. Y luego le aseguro que no quise hacerlo… yo no, no quise, fue el, ¡¡Mr. Hyde!! que me domina y se apodera de lo que soy. Y cuando en la calle, una vez que me vi rodeado de unos delincuentes… no puedo creerlo… me asaltaron los ladrones, y me golpearon… ¡¡los maté…!! Los seguí cuando habían partido, y en un callejón sucio me vengué… ¡el se vengó! Mr. Hyde, con brutalidad espantosa… arrebatándoles las cabezas, aplastándoles en el suelo, como ratas… y no lo pude detener. Y rogaron misericordia… y no hubo misericordia.
Mr. Hyde se ríe de mí… porque dice que me dejo pisotear. Mi esposa, mis hermanos, mis amigos, mis compañeros de trabajo, mi jefe, ¡todo el mundo! Y dice que el es mi único amigo… el único que lucha por mi, para hacerme justicia… pero yo le temo a Mr. Hyde, y no puedo echarlo de mi… me ha dominado. Cuando el aparece todo se inunda de adrenalina… y no hay quién me… lo detenga… Mr. Hyde no tiene límites… Mr. Hyde no puede ser vencido… |