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Inicio / Cuenteros Locales / leyendas_del_mundo / Los hombres de la Xtabay. Daniel Navarro - México

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La leyenda de la Xtabay es tan variable, predecible, y al mismo tiempo inusitadamente sensual que sorprende. Se perpetúa en la actualidad en el hablar de los mayas y de todos aquellos advenedizos que ocupamos sus tierras. Muchos descendientes de la antigüedad maya son desconfiados (por razones que están de sobra justificadas) pero una vez que se rebasa el umbral de la diferencia de lenguaje y la relación se adentra en lo personal, surgen multitud de historias y cuentos.

Atareado en la escritura de una novela, quise incluir a la Xtabay en mi texto y por ello me dediqué a examinar la información disponible acerca de este personaje. Así escuché en forma repetida la historia de una mujer que embruja a los hombres que circulan por las carreteras de la Península de Yucatán. Por supuesto que quise conocerla –con fines estrictamente académicos si se quiere--, y pedí su descripción física.
Encontré varias representaciones gráficas de esta mujer y la que más me impresionó se encuentra en la Casa de la Cultura de Felipe Carrillo Puerto, en el Estado de Quintana Roo. En la pintura de la Xtabay, realizada por el artista plástico Marcelo Jiménez, se muestra con larga cabellera, piel oscura, senos prominentes y curiosamente una de sus piernas ha sido transformada en pata de gallo y la otra en pata de chivo. “Demasiado demoníacos” pensé en referencia a sus extremidades inferiores.
Dialogué con Marcelo acerca de su visión y me explicó que la razón estriba en que un encuentro con la Xtabay tiene carácter fatal: todo aquel que la vea, perecerá.
Esto por supuesto acrecentó mi interés en una mujer de tales características, mas no encontré demasiados datos adicionales que permitieran desarrollar al personaje en la novela. Por ello, con base en los elementos de mis informantes, me propuse a crear mi propia Xtabay. Esto fue lo que escribí:

“La nombraban Xtabay. Su mirada era voluptuosa y su belleza indescriptible. Sus senos eran como fruta jugosa, turgentes y erectos como una mirada al cielo. Su cadera perfectamente delineaba una ola del mar y parecía que el oleaje le penetrara desde las rodillas hasta el vientre. Su pubis estaba cubierto por una delgada capa de vello fino y corto, con rizos apenas visibles. La sonrisa era irresistible; sus labios cubrían una dentadura blanca y seductora, como de mandato divino.”

La Xtabay –en mi concepción—crea un baile especial “y es capaz de viajar a todos los confines del universo únicamente basada en esta danza. Sus caderas reconocen a todos los hombres, vivientes o muertos, nacidos o por nacer, lo mismo que sus labios, los que reconocen las bocas, los dientes, y las eyaculaciones de todos los hombres vivientes o muertos, nacidos o por nacer. Para ella no existen los límites. Con el movimiento voluptuoso de las caderas imprime orden al universo viviente y le da medida y concierto.”

Esta visión de mujer que reconoce las eyaculaciones de todos los hombres actuales, pasados y futuros causó gracia a algunos de los escuchas de mis primeras versiones del manuscrito. La Xtabay, en su poderío, posee la facultad para poder embrujar en forma impredecible a cualquier transeúnte. La carretera me parece un escenario circunstancial y acaso simbólico.

He descrito a la Xtabay, y a través de la visión que el escritor tiene de sus personajes, la he conocido. Más todavía, ella me ha tocado y entre su cabellera me he perdido innumerables ocasiones. Ha probado mi masculinidad y quizás me espera en un recodo del sendero. Probablemente la encuentre en alguna carretera. Cuando ese encuentro llegue, buscaré con cierto morbo su modo de andar, corroboraré si tiene una pierna con pezuña. Ella quizás me sonría y me pellizque con descaro por mi osadía de verle sus pies. Yo andaré su senda y entonces me cruzará la mente el deseo de regresar para describirles a mis lectores la verdadera Xtabay.
Mas me temo que eso exactamente será lo que no podré hacer. No me preocupo. Seguramente no me importará demasiado porque seré uno más de los hombres de la Xtabay. Y con eso me basta.




Texto agregado el 15-07-2004, y leído por 1257 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
18-07-2004 Huy huy huy, cuidado con esa señora tan peligrosa- !Qué miedo! margarita-zamudio
17-07-2004 Surgida de los mayas, la leyenda de la Xtabay cobra viva nueva en este estilo particular de presentarla. Un abrazo Shou
15-07-2004 Muy buena la forma original de presentarnos esta leyenda, de presentarnos a Xtabay...casi tiemblo al nombrarla. Genial, como dice sendero, ele estilo es muy particular y a mí me ha encantado. Un abrazo! LoboAzul
15-07-2004 Daniel Su trabajo es excelente. desde la investigación que nos narras, ese dia con dia de preguntarse quien sabe más, de buscar inclusive dentro del sueño, hace que su trabajo sea sólido. que simbolismo encierra? tal vez un eco del matriarcado. La seduccion de la tierra hacia sus hijos... Excelentemente escrita, con su estilo muy particular..... un abrazo ruben sendero
15-07-2004 Interesante leyenda, muy bien escrita, mis estrellas india
 
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