Así como luego de la tempestad viene la calma,
tendrá que ser que luego de grandes compañías debe venir la soledad, ingrata compañera que nunca olvida y fielmente acompaña...
Risas, juegos, dichas y desdichas, canciones, poemas, llantos, compañía de la buena se esfuma persiguiendo un ideal, bello y noble, coherente, consecuente, impalpablemente grande, me llenan de dicha con su actuar; aunque en la otra vereda está ella, la generosa soledad, tratando de cruzar y lo logra, sin dificultad debido a mi situación, llega y se instala, baila una danza en cada espacio vacío y se acomoda para hacerme compañía, el día a día se vuelve lánguido, latigudo... no avanza o corre muy lento gracias a ella.
-Mira sole, me inspiras, así es que te utilizaré como mi muza: modela, pasea, dibuja, canta, mi casa ahora será tu casa y en ella te quedarás hasta que de ésta me marche para buscar nuevas soledades en otras compañías.
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