A ti

A ti, amigo querido
Qué de todo te reías, ahora hay noches sin whiskies ni placeres.
(Los ángeles negros)

Claro que te has dado cuenta que envejecer es el único medio de vivir mucho tiempo. ¿Y de qué te ha servido? Cuando ahora aún dices que la edad madura es aquella en la cual todavía se es joven, pero con más esfuerzo. ¡Mentira piadosa en la que ni tú crees! Envejecer es pasar de la pasión a la compasión. ¡Ésa, es la única verdad! Puede sucederte como muchas personas que no cumplen los ochenta porque intentan durante demasiado tiempo quedarse en los cuarenta.

De los disparates de la juventud, lo que da más pena, no es el haberlos cometido, sino el no volver a cometerlos y te consumes en la añoranza. No comprendiste que a los veinte años reina la voluntad, a los treinta el espíritu y a los cuarenta el juicio, ojalá tus hijos lo tengan ya que tú no lo tuviste. Para tu consuelo cuando se pasa de los sesenta, tú tienes más, son muy pocas las cosas que parecen disparates.

Los jóvenes piensan que los viejos son tontos; los viejos saben que los jóvenes lo son, ya que los domina el sentimiento sobre la razón. Piensa que la madurez del hombre es volver a encontrar la seriedad con que jugaba cuando era niño. Olvida lo triste y vuelve a jugar con niños para recibir el cariño de ellos que darán sentido a tu vida ya que nada va más de prisa que los años.

Toda edad es bella, en los ojos del joven arde la llama, en los ojos del viejo brilla la luz y la iniciativa del joven vale tanto como la experiencia del viejo. Lo más importante: siempre en cada hombre hay un niño y en cada mujer una niña, hay que dejarlos salir. A cada edad le cae bien una conducta diferente, a los cuarenta no quieras vivir como de veinticinco y en tu caso a los sesenta y… como si tuvieras cuarenta. Los jóvenes van en grupo, los adultos en pareja y los viejos van solos, la vejez es un honrado y consciente compromiso con la soledad.

Tú tienes el agradable recuerdo de que fuiste feliz por haber sido audaz en tu juventud ahora sé feliz siendo sabio en tu vejez. No hagas realidad la paradoja de que todos los jóvenes quieren llegar a la vejez y los viejos quieren negarlo. Lo bueno en tu caso es que mal o bien has vivido plenamente y decir como un filósofo griego (no recuerdo cual): “bendito el viejo en quien se nota que los años han pasado, pero sólo eso; que han pasado y que no se le ha quedado ninguno”.

Ahora ¿qué te queda? Sólo emoción, el sentimiento de haber vivido, cumplido el mínimo de tus ansias, haber hecho más bien que mal, por desgracia a los que más amaste más heriste y…

“El final del camino es emoción…”

Tu otro yo

http://www.youtube.com/watch?v=zsgXpPj-hqQ