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Inicio / Cuenteros Locales / La_Columna / El amor es un invento (Jueves, mi día favorito para los excesos) por santacannabis

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“El amor no es más que la novela del corazón; el placer es su historia” Beaumarchais

Hay una teoría antropológica, que habla de la invención del amor como contención de las formas tradicionales de familia. Necesitaba un dato sobre eso para proceder a escribir esta columna sobre el amor de pareja. Era sobre los puritanos ingleses del siglo XVII, línea de la que descienden la mayoría de nuestras actuales costumbres morales y moralinas. Como “El Google os hará cultos” y el libro del que quería documentarme, está en mi oficina; metí los datos al buscador. Al no encontrar nada con la composición de palabras que puse, El último enter que dí, fue para buscar simple y llanamente “El amor es un invento” y dejando fuera mis pretenciones sobre hacer una columna medianamente ilustrada, mejor opté por hacer un recuento de algunas frases que empiezan con “El amor es un invento...”
El amor es un invento de los regiomontanos para no tener que pagar por follar (chiste machista bastante simple); el amor es un invento del hombre (menuda obviedad); el amor es un invento de Dios (vámonos a lo fácil); el amor es un invento norteamericano para hacer películas malas (esta me encantó); el amor es un invento burgués (qué radical); el amor es un invento de sí mismo (la frase es tan redondita, que le sigo dando vueltas); el amor es un invento comercial como el día del padre y la madre (¿el amor o las representaciones arquetípicas del amor?); el amor es el maquillaje del sexo (esta frase es de Joaquín Sabina); el amor es la justificación social de la monogamia (esto tenía más que ver con la idea inicial de la columna, pero como ya perdí el hilo, lo mejor será olvidarnos del asunto).
Confieso que durante mi adolescencia tardía llegué a creer a pie juntillas que el amor no existía. La frase puede parcer trillada, pero es que simple y llanamente estaba en los subgrupos de los antiamorosos prácticos (solitarios sempiternos) y de los antiamorosos teóricos (demostradores científicamente ilustrados de que el amor no existe)... Hasta que me enamoré o me inventé que estaba enamorada. Entonces el amor era una especie de hipocondria, porque si la enfermedad, es decir el amor, no existía; los síntomas empezaban a parecer reales: mariposas en el estómago, timidez, celos y lágrimas. En ese entonces, el único placer radicaba en la esperanza de que mi invención del amor fuese correspondida por X. La esperanza se quedó suspendida por inumerables meses, que se convirtieron en años pues X era pésimo inventor y jamás se le ocurrió inventarse que me amaba. Después fracasé algunas veces durante el proceso de invención, hasta que finalmente convení con otro que debíamos inventarnos un amor, aunque tuvo fecha de caducidad.
Sigo convencida de que el amor por el amor no existe. Cada quien se inventa un amor que le convenga a sus intereses, a sus sueños y en algunas ocasiones, incluso a sus sufrimientos. Y lo mejor del asunto: cada quien es capaz de inventar un amor en el que el otro también viaje a gusto y en ello radica el verdero placer del asunto. Esto lo resume mejor una frase de Jorge Bucay que el estimado albertoccarles, me hizo llegar hace unos días: “El amor es la desinteresada tarea de crear espacio para que el otro sea quien es”.
Sigo convencida de que el amor no existe, eso sería demasiado fácil. Cada quien ha de fabricárselo y en el intento, miles de prototipos quedarán truncos o se hundirán hasta llegar a un modelo que, aunque siempre será perfectible, nos permita reinventarnos una y mil veces en función del otro.
Y colorín colorado, vivieron felices hasta no sabemos cuando y así fue como esta columna que pretendía divagar sobre bases históricas en las que se consolida que el amor es un invento para sustentar nuestra sociedad actual acabó transformándose en un reflexión autoreferencial motivada por un suspiro hondo que se acuna en el recuerdo de mis inventos y en las ganas de seguir inventando (“inventándonos” y aquí va un guiño para el que debe sentirse aludido) un amor a la medida.

Texto agregado el 15-07-2004, y leído por 4837 visitantes. (11 votos)


Lectores Opinan
05-03-2010 ah, me olvidaba: la frase está como subtítulo de un libro de cuentos -el único creo- de Rsa Montero: "El amor es una farsa, pero funciona" el-parricida-huerfano
05-03-2010 A pesar de que mencionas al chanta plagiador de Bucay, es una columna perfecta y divertida. Felicitaciones el-parricida-huerfano
23-01-2010 muy buena tu refleccion sobre este invento y asi pensaba yo identicamenteigual,hasta que me encontre con semejante invento y alla ye voy,pero creo ke lo ke dices tiene mucho de cierto,felicidades,******5 anndrea
24-12-2009 He leído tu interesante ensayo sobre "el amor es un invento..." Yo considero que el amor es nuestra propia esencia y somos más de seis mil millones los que deambulamos por este planeta buscando amar y ser amados. Como el amor tiene, por lo que explico, excelente demanda, yo elijo amar. Y en el amar no sólo se beneficia el ser amado, sino también yo que puedo ejercer esa maravillosa posibilidad gracias a que existe quien desea ser amado. 5* Susana compromiso
17-11-2009 En la otra vida fui un prìncipe. No lo olvides jejejejeje rhcastro-
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