Son ustedes mis mejores confidentes, les platico de mis inquietudes, mis anhelos, de mis suenos no cumplidos.
No temo confesarlos y nunca de ustedes he escuchado una sola critica a mi argumento, No temo decirles lo mal que me siento, lo debil que soy y en verdad, no les miento.
Aunque quisiera escuchar un consejo, ustedes impacibles dejan que les cuente todo lo que siento.
No como aquel cura que reprendio mi comportamiento!!
Acaso no escucho que le dije: Padre, prometio regresar y habra casamiento!!!
Enojado me contesto: - No, estas escuchando!!!
No, Fue El , el que no escucho, un alma en tormento.

Su penitencia no cumpli y me marche en silencio.

Arrastrando mis pies, hombros caidos, peor que al comienzo.

Nadie entendia mi sufrimiento.

Desde entonces, no me confieso!!

Y a ustedes les sigo contando todo lo que yo siento.