AYER TE VÍ, BUENOS AIRES

Como llegué ? … No sé … pero desperté en un andén, con el sol iluminando tus calles y buscando los recuerdos que un día supieron enhebrar mi vida bohemia.

Tal vez me trajo un viento, envuelto en un remolino de polvo, acortando las distancias como una paloma en vuelo.

Sentí tu aroma, y crucé el tumulto del bullicio y su gente. Comencé a verte y volví a ser guitarra para cantarle al amor.

Me acuné en tu regazo para poder despertar en Boedo en una esquina a puro Tango. Puse flores en mis manos, como para pagar mi olvido cuando fui ausencia. Teníamos tanto para decirnos…tanto país doliendo para contarnos. Era como ver o imaginar desde tu balcón, la ilusión de un niño remontando un barrilete o de buscar en tu Costanera el humo que produce un choripán.

Quise quedarme en tu otoño, compartir tu vino, ese que hace crecer la ternura del hombre-niño, y la alegría profunda del tiempo compartido o el de fumar un faso desde un banco de plaza, para convertirse en el hombre que cree ser capaz de escribirle un poema a su amada.

Pero llegó el invierno, y en el tiempo de la despedida, busqué jugar en las calles, tomados de la mano, cruzando crepúsculos como flores perdidas en un mundo de pájaros, aunque todo estalle en una sudestada.

Me siento sonar como el badajo de una campana que golpea tu corazón y que aunque el tiempo se disipe, perdura en lo profundo del sueño y la ilusión.

Buenos Aires, eres noche, luz, tango y bohemia, como horizontes de agua que se ven donde comienzan, pero no donde acaban, sin embargo me decías que haga sombra por Boedo, donde una luna de bandoneón te aguarda.

Pero eres ya, muy grande para mi. He regresado nuevamente a mi realidad y despertar del sueño…no se por cuanto tiempo…y quiero volver a ser guitarra...así con mi canto...de noche caminar tus lunas.
Te extrañaré continuamente desde el silencio de mi soledad mezclada con nocturnas bohemias.

ASI, AYER TE VI BUENOS AIRES.