CABELLOS DE LA TARDE
Salpicados de oro y plata
por oscuras noches fabricados,
sus blondos cabellos dorados
dentro de vasos escarlata.
La luna argenta por el cielo,
vuelca sus reflejos en guedejas,
la oscuridad, pronto se aleja;
la noche gris, está en su pelo.
La aurora con rubor asoma,
un mirar prendado lo redime,
en las montañas, el árbol gime
con ristras extendidas en la loma.
De los campos, el sol se aleja,
llevando su trote polvoriento,
lamento, dolor, deja el viento
cuando en los árboles se queja.
Las nubes, sus rizos de princesa,
bate con afán desesperadas,
buscando quedarse reclinadas
ha perder el dolor de su cabeza.
La onda vespertina humedece
nacaradas perlas en las flores,
nicho que produce los amores
donde otro jardín se reverdece.
Clámide osca sobre el mundo,
lía con su capa los confines,
obstruyendo ruta a Serafines,
llenando el espacio más profundo.
Lucha de titanes, pronto empieza
en confines, cuando el sol despierta,
da claridad al abrir su puerta
por donde escancia el rayo de pureza.
REINALDO BARRIENTOS G
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