Te amé tanto
que aniquilé todas las razones
para no amarte
y te seguí amando
con todas las palabras
que la noche me regalaba.
Te amé tanto
que te doné mí riñón izquierdo
y parte de mi sangre
y mis palabras a veces alegres
y otras veces elegíacas.
Te amé tanto
Que por poco incendio mí casa
de tanto echarle leña al poema
el fuego calentó mí pensamiento
que a su vez calentó más mi sangre
pero tú pasaste por el tiempo y el espacio,
sin nunca calentarte,
me dejaste los días y las noches
mis oídos y tus ojos
y un aroma en el alma
que atraía hasta las palabras.
Si vos te vas primero,
yo iré a reclamar tus ojos.
Después de varios días, tomaré ron
y vos me guiaras en el camino,
cuando la noche haya descendido
hasta mis pies.
Texto agregado el 09-04-2011, y leído por 559
visitantes. (5 votos)
Lectores Opinan
09-04-2011
..cómo me gustó esta poesia! ese 'te amé tanto' llega cargado de intensidad, de un sentimiento muy poderoso. Mildemonios
09-04-2011
mucho amor alli, que lindo te quedo esto!! estrellas para que iluminen tu camino y los ojos que las miren.. sanducera
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