Es un pétalo,
En forma de música suave
Que recorre mis oídos,
Y hasta mis ojos vieron,
En tan solo minutos
Cuando me preguntaste,
Si todo andaba bien,
Esa dulce voz,
Armoniosa, cándida y necesaria
Para mis oídos,
Que olvidaron aquel susurro delicado
Que despierta y traslada a millas de aquí.
Esa misma suavidad,
Constataba en tú mirar,
Que es una mezcla entre
Inocencia y ternura,
Fueron los versos perfectos
Que mi percepción
Pudo inducir,
Claro, además de bella,
En cada pausa que dabas,
Cuando me hablabas,
Y cuando respirabas
En busca de fuerzas,
Para seguir mirándome fijamente,
Y cautivar mi alma extraviada.
Así de suave,
Como el viento,
Como la lluvia en su indicio,
Que cae cauteloso y precavido,
De no molestar a nadie, así frágil y tierna
Como tú piel, y como mis sentimientos,
Vaya que coincidencia,
Todo esto,
Quizás fue en el tiempo adecuado,
Que caíste como un ángel
Para hacerme ver,
Como un joven preocupado y humilde,
Que dirige su mano,
A quien se la pide,
Quizás la moraleja es para ambos,
Las circunstancias nos ayudan
A comprender muchas cosas,
O simplemente a abrirnos los ojos,
Y además,
A creer que todo es posible,
Que una mirada atrapa,
Que un suspiro queda,
Y que una sonrisa, tierna
Es la señal precisa
Que indica que todo es maravilloso.
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