La eternidad de tu ausencia, es la esencia de mil voraces mariposas que se comen la luz en sus alas azul metal y cucarachas de cascaron ámbar, escudriña con su patitas el reloj osando el tic-tac de su revolución empró de la corrupción, llegan como un torbellino a la habitación donde alma deambula de un extremo al otro buscando al azar imágenes en la oscuridad, noctambulo vais por ahí palpando en ella el sepulcro de la soledad, vieja momia que despierta cada tanto en armonía para recordarme que el tiempo pasa lento en la eternidad de tu ausencia; como pesa la tristeza, es una pena el aleteo de mis mariposas en la metamorfosis del cuarto, vaticinando un funeral y el catafalco es un capullo donde se pudre el hombre( si así lo podéis llamar). Adiós despierta, adiós a Dios y que te queda la sustancia pura del Morfeo, una ilusión donde eres tú el dueño del tiempo, tu solo eres el templo, el espacio, adorador y el dios.