Esta noche…
De sonidos inciertos
Y sonrisas profanas;
He decidido algo en tu nombre…
Y en tu salud
Me fumo el cigarro del ayer.

Ya no soy el ocaso perdido en el viento,
Ni la abandonada ola de mar;
Ni reposo gozoso en tu bahía de mentira,
Aunque extraño ser espuma
Después de luna llena...

He sentido el hielo en las noches
Tantas noches lo he sentido…
Y las margaritas como cristales
Salieron de mis venas
¡Esta magra soledad y sus regalos!

He decidió algo en tu nombre
Ahora sin ceñirme el alma,
Sin obligar a la esperanza
A que sosiegue mi fe.

Dejaré de buscarte en mi recuerdo,
Callaré el gemido perpetuo
Que llama a mis apetitos,
Desistiré de profesar tus mentiras.
Lo he decido.
Me negaré a ti.

Lucharé por no imaginar en tus verdes infinitos,
Aunque los días me imploren esas verdes ilusiones,
Y las sombras tus selvas vírgenes.
…bueno, no tan vírgenes.

Pensaré en la luna
Que en ella no hay condena ni gloria…


Y Pensaré en la otra, sí, hay otra.
Que llegó a sanar mi alma,
Y que en noches enteras
Arrasó el cáncer de mi cuerpo.

Me refugiaré en sus brazos
En ellos no me busca la soledad,
Es más, me repele…
Y el hielo se convierte
Agua viva en sus labios.

Ya no soy espuma, lo sé…
Pero soy un rio de pie.


El mesiaz