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Un hombre
o acaso algo más,
atrozmente atormentado
fue inmolado en una cruz
y a su sino abandonado.
Abyecto final
de quien,
a grupas de extraño verbo
decíase hijo de Dios:
judío,
Mesías quimérico.
Según se han referido a él
versiones inobjetables
de variada procedencia,
fue popular por sus juicios
y oceánica imaginación:
“Unos a los otros amaos-
adoctrinaba-
y socorred al caído.”
Leed bien lo que prosigue:
“La mujer del otro es tela
que no se vende en la feria
y el leproso un ser humano
con quien compartir la hogaza”.
Este tipo está chiflado…
o yo no sería Pilatos.
¿Qué tonterías plantea?
Abrid bien vuestros oídos
Como ya los tiene Roma:
¿Que su reino
no es de esta tierra…?
¿Que uno y tres forjan un uno
conformado en trinidad ?
Barrabás…estás de suerte.
Tu maldad está a buen precio.
Judíos y heterodoxos
Dirimid vuestras rencillas
Haced con él piedra lisa
No es asunto del Imperio.
De acuerdo a sus instrucciones
no era ni arroz
ni polenta.
Al César lo que es del César
arguía…
Y las “costas” bien resueltas.
Refugios argumentales,
argucias de la memoria,
guardan austero silencio
sobre el bofetón inmortal.
Entredicho para tontos…
Carcajada de malevo.
Se refugiaba.
de a ratos
en su propia irrealidad.
Con pueriles semejanzas
urdía metáforas huecas
sin la materia inviolable
de la comparación
tácita.
Alimentar a los perros
(Judas Iscariote dixit)
no es muy confiable
cuestión
cuando está en juego
el poder.
Profetizaba matices.
Muchos detalles de nota:
Significativos, baladíes
fuleros,
de instantes breves…
Polémicos:
Panes y peces
en reacción controlada.
Latigazos implacables.
Mercaderes expulsados.
Chirusas…
de tajos profundos
y sombras
en las ojeras violetas,
sin reclamar
intereses
lloraron
sobre su frente.
Lo torturó la esperanza
y su trágico periplo
concluiría
con un beso subrepticio
forjado por la miseria…
La ancestral
carencia humana.
Realidad asaz confusa
que únicamente
los ciegos, perciben,
caminando sobre el agua.
Con pudor y empobrecido;
vuelto de un cuento
fantástico
escribió,
sobre las penas del mundo,
su póstumo testamento :
“He sido una anacronismo
y forjador angustiado
de soledades sin causa.
Sin embargo,
la justicia de mi padre
buscó guiar las conciencias
por infinitud de noches y días…
sin que la hayan advertido.
¿La herencia que he de dejaros?:
Un lanzaso,
estos clavos
y mi sangre.
También mi hálito sereno
en este instante de muerte.
Si os contenta citarme
encadenadlo a la historia”
Un tal Johannes Cambrencis
opina de esta manera:
“Según es fama Dios Padre
No es anterior al Dios Hijo
Creado el hijo
El Padre le preguntó:
- ¿Sabes como hice para crearte?
Contestó el Hijo:
- Imitándome.”
LUIS ALBERTO GONTADE ORSINI
Derechos reservados
Marzo 2011
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Texto agregado el 06-04-2011, y leído por 88
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