soledad como subir al autobús metropolitano, mirar unos ojos esquivos, saludar al vacío para no quedar mal, sentarme en un rincón en la discoteca, colocar una pegatina en el interior de un ataúd, silbar el himno de sanmarino, pensar en hurgar la nariz de un desconocido, saber que molestas y llamar, calentar una silla, solucionar tantos pasatiempos, retener orina, coleccionar sellos, sacar el perro a pasear, espiar a las vecinas, llamar a la línea erótica, gritar en la montaña, no tener secretos que contar, no reír no llorar, la espina dorsal dormida, la luz del recibidor apagada, jugar todos los días al amigo invisible, comprar algo inútil como un descorazonador de manzanas, no estrenar una bici nueva, el amigo de la infancia más lejos que la frontera, la infancia más lejos que el fin del mundo, el pan congelado, los muros fríos, las sábanas dormidas, convencerme de que no te quiero. |