Tu pelo como el oro,
maravilla que adoro,
tus ojos color miel,
los ama Uriel.
Tu boca de cereza,
que rici besa,
tu nariz delineada,
no la cambio por nada.
Tus manos que acarician,
vaya que delicia,
tus brazos amorosos,
refugio muy sabroso.
Tus piernas torneadas,
no cambio por nada,
tu lindo cabello,
lo más dulce y bello.
Tus pies que caminan,
me excitan, me animan,
tu linda figura,
vaya que criatura.
Tu voz melodiosa,
a que rica cosa,
tu acento divino,
que quiero y admiro.
Tu piel perfumada,
también nacarada,
todas esas curvas,
¡Que son mi locura!
Adoro tu ser,
amo tus enojos,
pero te digo mujer,
me embriagan tus ojos.
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