Nunca poseí la habilidad cuando expresé mi cariño de evitar la tormenta para no mojarme en el aguacero. Ní aún cuando volvías de un abrazo pasajero y peregrino en tu afán de reivindicar que nada es para siempre. Ahora que mis instantes están llenos de espacios vacíos se atraviesan en mis letras mis anhelos perimidos.
Texto agregado el 03-04-2011, y leído por 181 visitantes. (2 votos)