Aquella foto enmarcada que cuelga en la pared principal de mi estudio es un regalo del tío Antonio. Es una de las pocas en que aparece toda la familia, porque era el cumpleaños de la tía Erlinda y la vieja pasaba lista. Los que asistían recibían al día siguiente un sobre con guita, los que no, se jodían y hasta el año que viene. Pero volviendo a Antonio, es el que está ahora mismo en el centro de la foto, sacando la lengua, con un sombrero viejo del abuelo Román. Toño fue siempre el bromista de la familia, y así murió: por esconderse de los chicos en una fiesta, se disfrazó de Hombre Araña y se metió adentro del ropero de la abuela. Era uno de esos roperos con luz automática, que se apaga al cerrar las puertas, y parece que ese día no se apagaba y el tío quiso aflojar la bombita y quedó pegado, absolutamente muerto. Nadie se dio cuenta hasta la noche, porque Antonio a veces se ofendía por algo y se iba de las reuniones sin avisar. Lo peor es que casi se lleva con él a la tía Erlinda, que fue a abrir el ropero y se le vino encima ese grandulón Hombre Araña petrificado, y que es un ladrón, y que quién le saca la máscara, y no te puedo creer que es el Toño pedazo de pelotudo.
Pero otra vez me fui por las ramas, estaba con la foto. Cuando el tío me la regaló, me dijo: ésto es para que cada tanto te acuerdes de mí… La verdad, yo no le di importancia hasta que el tío murió. A la semana, con tristeza, volví a mirar la foto. ¿Cómo, el tío no estaba con sombrero? Incluso mi prima Nora, medio caída del catre ella, dijo: -Che, hubiera jurado que cuando vi esa foto por primera vez Antonio estaba al lado de Jorge… Y Manolo, el mayor de mis tíos: -Claro, Toño no aparece porque seguro que fue el que sacó la foto, qué lástima.
Por eso me resulta imposible mantener la seriedad cada vez que miro la foto. ¿La máxima broma del tío?... a veces se asoma por un costado, levantando y abriendo los brazos con exageración como para tapar a todos los demás, para que con el destello del flash se destaque solamente la tela brillante de su disfraz de Hombre Araña.
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