Inicio / Cuenteros Locales / ailes_va / tríptico de espíritus tristes (III) Alejandro
Albus
ésta ensoñación duerme una granada flor de municiones
su quietud está cubierta de harapos
y quiere no poesía de reformatorios no poesía anacoreta no poesía virtual
no polipoesía de vida urbana
invariablemente no poesía multitudinaria cara de juan cara de anfibios
Baltazar
sonidos ladridos bits niu bits niu bitnicks floreciendo cada instante
en cada unida piel ladridos piernas enumeraciones piernas caóticas piernas
florecidas a una noche de piernas sin liturgias sin era
sin cateos sin asesinatos sin narcohomicidios sin decapitaciones sin piernas sin gloria sin piernas corredores sin fin de la inconsciencia sin un diluvio de balas en el cementerio amarillo de sonora
Cástor
amanece un zapote azul
amanece el rizoma sin pulsantes
la juventud perdida se retrata a sí misma desde un texto imbécil
monedas que giran sin caer son los poemas del siglo 18
Demiurgo
soy un tumor de 15 millones de crestas minifaldas y chamarras de cuero lentes libros zapatos botas tenis cónvers
crecido en la central nuclear laguna verde
en un cerebro de algas bioluminiscentes con la misma edad que hace 3 mil años
y en esta encarnación un radioactivo heraldo del apocalipsis que baila con los avatares del cáncer
porque siento estar estacado a un ruido interminable
a una pantalla estática que me irradia el pensamiento de huecos
a una tele con señal sin transmisión
a una red de enjutamientos intestinos y perfectamente idiotas que mastico
lavo en saliva y sumo
y me siento miles de puntos suspensivos dispuestos en galaxias de interrogantes sin pregunta
un curioso de comida rápida
de conversación rápida
de relaciones rápidas
de una muerte ya llegada y sin silencio
una muerte que me llega desde los 6 años cada lunes en honores a la bandera
cada martes al romancear en la gloria sin percibir al escuadrón de fusilamiento cargando a mi costado
mi número tatuado al brazo es la combinación de éste licuado material genético de ser humano
preferible ser silla o piedra
preferible gusano a este objeto que presenta su cara de cadáver a hermanos espejo para darles el mismo susto de muerte que significa un techo amanecido
y rasparme las pupilas hasta volver en sedimento la intuición que tengo de ser este fracaso
y cortarme las risas de un machetazo en la garganta para sacar del cuello los poemas que no podré escribir nunca
manchando mi incapacidad con esta sangre que no me pertenece
y gritar que estoy más vivo que un charco y nunca seré más que un charco
Estefanía
dejar así de desplomarse sobre mi el terremoto que no viví y que revivo a cada cuadra
dejar así de pincharme los ojos con alambres zafados de los postes
que me rascan el hueso de las cavidades del sarcófago
dejar así de ser atropellado en cualquier avenida y quedarme en un rincón quietecito
como una rata prudente
Fromundo
cualquier tristeza me entristece y cualquier risa me encabrona
quiero renunciar
no puedo con mi sombra
ni quiero traspasar los límites físicos de mi cabeza
no quiero trepanarme sólo abrir mi cuerpo y echar un vistazo
para buscar el texto tal cual
porque mi corazón permanece en su sitio
y siento una angustia fatigada
un tubo de luz negra
un sampleaje que croa
un descubierto clan de habitantes aéreos con ojos internos y ciegos en la cueva de la nueva era
que guarda el desprecio como un disparo
como una metralla lo trae atado a la memoria y a diario es caminatas por cables de torres de repetición |
Texto agregado el 01-04-2011, y leído por 139
visitantes. (0 votos)
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login
|