Hace mucho tiempo que no te veo mar, el tiempo inexorable se rebela contra mi necesidad, y extraño tu canto, tu color, extraño el ritmo emocionante de tus olas al pegar en el murallón, el trinar de las gaviotas, la puesta del sol luego de un día disfrutando tu belleza, la luna soñadora besando con su luz tus aguas tranquilas en el anochecer, quiero verte mi querido mar, deletrear tu sonido con mi andar por tu playa, poblada de minúsculos insectos y envalentonados caracoles, quiero pisar tu arena de fuego, descalza sentir tu calor acariciarme , correr sobre tus pequeñas olas, sentir el frió de tu profundidad cuando sales a la superficie a pasear con tus olitas sobre las costas, ver tus lobos marinos retozar, escuchar el ronroneo en el puerto cuando algún barco pescador llega cargado de tus frutos , cuanto deseo nadar, jugar, sentir tu arena rosarme el cuerpo , y que una ola juguetona me abrace, me eleve y me lance en picada sobre sus crestas.
Allí estaré pronto, ya se me hace muy larga la espera, el silencio de tus noches, la caída de tu ausencia, el brincar de tus olas, tu luna rosada sobre tu arena dorada, la ilusión de verte plácidamente bajo una noche de lluvia, cuando el amor ronda tus puertos, y tu cadencia se hace cristal maleable en tu cintura, y esa música que flota rítmicamente llenando la ciudad de misterio y soledad, en medio de tu alboroto mar, hoy al pronunciarte escucho tu llamado.
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI |