Cuando te encontré y vi atardecer de mi corazón las profundas penas pude conocer la dulce ilusion con que mi vida se aferraba a tu sueño Y en la autopista de la sinrazón subiendo a cuatro mil besos de altura dejando atrás toda la censura con los cuerpos fundidos en un penumbra Y luego llego esa fria noche que nos envolvia en su silencioso fuego entre tus ojitos y mi infancia plena ibamos sembrando un lejano tiempo y los pajaritos cuando ya cantaban y venia la mañana tan somnolienta en aquel lugar toda tu ternura dejaba un poema dentro mi cuerpo Dedicado a Nora
Texto agregado el 29-03-2011, y leído por 80 visitantes. (1 voto)