la luna se enamoro de tu vientre
repetidamente cruel
la muerte visitó tus entrañas
quebrando frutos de amor
tan deseados
tan buscados
tan amados
las lágrimas que tantas veces derramaste
y que, como torrentes brotaban
al fin las tomaron manitas de plata y jade
te las ofrecieron con dulzor
las bebiste con amor
calmando tu sed de madre