Amigos de la desesperanza, volvemos a roer por nosotros mismos, volvemos a amar por nosotros mismos, nada ni nadie en cualquier momento nos podrá negar nuestro goce, es el goce sano, es el goce de la libertad natural, alejado ya de la sociedad y de la moral que nuestra idiosincrasia ya estableció, se puede sentir la vida, se puedo vivir con ella y en sus brazos disfrutar de la entrega provechosa para nuestro saber y nuestro querer, sabemos exactamente cuan alejado estamos de aquella felicidad y en cada uno de nosotros existe una diferente forma y una diferente esencia de quererla. Amigos del goce natural quien puede entender mas nuestros instintos que la madre de la creación terrenal, quien puede llenar desinteresadamente cada espacio de nuestro espíritu que aun no a sido saciado del goce permanente, ese goce siempre fresco que no se desintegra fácilmente, sabemos bien cuando se llena el alma de ilusorios deseos para de nuevo volver a llenarlo una y otra vez, espejismos que no comprender mas que satisfacerse el aquí y ahora, solo nosotros mismos entendemos que es lo que necesitamos, cuando lo requerimos en diferentes medidas y en diferentes grados. Fuimos todo harem de sentimientos desinteresados que fue desterrado por causas que yo desconozco, nos vimos obligados a la apatía y se nos implanto toda una especie de Cirílico como nuevo idioma, nueva forma de comunicación ya arraigado de lo natural ya lejos de la vida que conocíamos y todo se cambio forma, tomamos una nueva base que nos incluía a cada uno de nosotros en una especie de riolada en una sola dirección que se alejaba mas y mas de lo natural llegando al punto de la negación y extrañeza, desconocimiento e inadaptación, todo desterrado por un goce de paz, paz de una forma de confianza, paz en aquella forma de sublevación al dominador imperante, solo como espejismo falso de las buenas intensiones, nunca como realidad, Amigo Espiritual ya sabemos cuales son las intensiones de cada uno de nuestros pares y todas entre ellas tienen un punto de atracción a sus propios deseos, ese punto se llama el Yo, hasta en el mas puro de todos los cristianos lo sueña, lo desea y lo espera “esperanza” trabaja toda su vida para ganarse esto que algún día San Agustín de Hipona dibujo “De Civitate Dei”, ¿No vivo yo con un libro en la mano derecha y con una espada en la mano izquierda? Deseo todo en cuanto quiera y quiero todo en cuanto pueda, de las mejores formas y a las mejores cosas quiero llegar, no admito en mi un espíritu modrego de la cual la sociedad ya se acostumbro, lo acepta como la cultura de la tolerancia todo en cuanto sea modrego, como si se le pueda llamar virtud a lo que aun no toma sus fuerzas por que del otro lado se le insita a que lo siga cultivando. Amigos de la desesperanza es preciso roer por nosotros mismos es preciso amar por nosotros mismos, es el espíritu mas la fuerza lo que llena todo en cuanto se llame felicidad.