Debo admitir que durante mi corta vida he tenido múltiples aventuras y de todo tipo. A mis dieciocho años de edad he sido superhéroe… con diferentes identidades, poderes, trajes, enemigos y debilidades. He sido villano también, cruel asesino y mercenario, dictador, rey y emperador de la patria, del mundo y el universo galáctico. He sido atleta y deportista, de excelencia y magnifico nivel. He sido detective y reportero, un soldado y comando de elite, bombero, estudiante, filósofo, psicólogo, músico y bohemio actor, director y escritor. Un afamado poeta infeliz con proximidad a la muerte negra que vigila, y también he sido parte de la televisión… y he ganado todos los premios habidos y por haber. He dirigido iglesias, y he sido mártir por la causa de Cristo, y guiado grandes reformas políticas, económicas, artísticas y culturales. Conquisté grandes tierras, fundé reinos y establecí gobiernos autoritarios. Pero también liberé pueblos y luché por los pobres e inocentes y derribé monarquías con rebeliones y revoluciones a costa de espada y sangre y a costa de amor y paz. He viajado en el tiempo y domino el lenguaje de cada dimensión paralela existente e inexistente.
Sin embargo, lo mejor de mi está en que soy un romántico de los mejores. Son incontables las veces que me he enamorado… y las formas en las que me he adueñado del corazón de una doncella hermosa, tierna y bella. Desde pequeño, si, en la escuela o en cada círculo social que haya frecuentado. Siempre ha habido una mujer que aún sin merecerme, ha recibido de mi mí admiración, atracción o amor. Una rosa, un cumplido, una canción, un poema, chocolates, un beso incluso, o simplemente mis palabras sinceras y el desborde de mis sentimientos. Las historias de amor me sobran, con tragedias incluidas si quieren, como películas hollywoodenses o como el cine europeo, en mayor cantidad francés o italiano si son más exclusivos en sus gustos. He pasado de todo por las que han sido dueñas de mi corazón. Me han disparado millones de veces, o me han estacado con espadas, cuchillos o he sido victima de flechas… o si volvemos con las balas en estos tiempos modernos. A cuántos rivales no he ahuyentado a puntas de defender a la mujer que he amado. No podrían imaginarse nunca mis múltiples historias a mi tan corta edad. Chicas miles que me han atrapado en sus miradas verdes, azules, marrones, pardas y negras. Y cada una ha visto como lucho por su amor con pasión desafiante para ser digno de tomar su mano y besar sus labios.
Todo y de todo he hecho por amor. He luchado contra el mundo entero para defenderlas de la muerte y muchas veces esto me ha costado la vida… sin reparar en las múltiples formas en que me han quitado el latir de mi corazón. Si me han atravesado con una espada, si me han disparado, quemado, ahogado, envenenado o degollado. Pero la forma no importa, sino la causa por la que mi corazón se ha detenido para siempre. Siempre por la causa del amor, por defensa de este o por este mismo… ya sea en la tragedia que es la traición… o por los rivales, amigos, hermanos, primos, o desconocidos.
Si, realmente lo he hecho, cuando veo una chica, cuando conozco una mujer que me enamora con su encanto voy hasta a ella… y bueno… no se lo digo, por supuesto que no, porque se que me dirá que no. Se que no podría fijarse en mi… eso es obvio… ósea, podría, pero no lo sé… realmente no lo sé… pero no es necesario arriesgarse a que me vayan a partir el corazón. No, ¿para qué?, si basta con cerrar los ojos un rato, y rescatarla de un dragón en un viejo castillo encantado para que sea mía y por toda la eternidad. Es más fácil matar a mil dragones que expresar los sentimientos que están en mi corazón, así que puedo caminar hasta mi hogar y llegar a encerrarme en mi lecho y dejar a mi mente volar… porque he sido de todo… ¡de todo a mi tan corta edad!, solo basta con cerrar los ojos, y poder visualizar la vida que quiero aceptar.
Por eso he sido un amante tan digno de ser recordado. Porque a miles de chicas he amado, conquistado y dejado. La vida se me ha hecho tan corta en estos dieciocho años de aventuras que aún puedo retomar… porque me es tan fácil volar… solo basta cerrar los ojos y ya… nadie te puede decir no, nadie te lo puede negar… |