Una mañana fresca
de un otoño recurrente
me despierto...
faltan tus brazos.
Pretendo ubicarte en mi intelecto
al que voy con inocencia
hasta que encuentro en sus laberintos
febreros y abriles
donde transcurrieron sin pausa
sentimientos y encuentros.
Allí se acerca el recuerdo
y lo elude la realidad.
El único factor es que el día se abre
y hacia él me voy.
En sus horas está escrito
el lugar que me reserva
y acato sus letras.
Texto agregado el 27-03-2011, y leído por 210
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
02-04-2011
Como atayo, siento de la misma manera. Un beso y mis estrellas! MujerDiosa
27-03-2011
bella manera de expresar el recuerdo en una mañana cualquiera.***** mancuspia
27-03-2011
Una actitud muy conformista eas de "acatar", aunque sean las letras. Bello poema. m_a_g_d_a2000
27-03-2011
A dios gracias, siempre habra una nueva mañana... atayo
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