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Inicio / Cuenteros Locales / badoku / Ragnarok - Capitulo I Profecias (p.4)

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4.- Bebi

En el fondo del gran pilar de plata esperaba el único heredero de Zarco, el futuro era incierto, no solo para el pobre joven y su inmenso imperio sino también para quienes estuvieran involucrados con él, ya que Midgar pende de un hilo y nadie sabe a ciencia cierta si el hijo de Zarco podrá hacer lo necesario para salvarlos a todos.
La mirada anclada de Shiva le hacía recordar la primera vez que estuvo en el pilar de plata, los recuerdos emanaban de su mente y no era el secreto de la espada lo mejor del momento, si no lo que paso después -la alegría no es lo que uno da si no lo que recibe de sus propia sangre-.

“Miragan el Grande quien ya hacía más de treinta años de a ver salvado a Behien de la ruina, se encontraba sentado en el trono Ateros de Behien, con una mano sosteniendo su mentón, parecía meditar una importante decisión, cerró los ojos, levanto la cabeza, y de entre sus pensamientos más profundos dejo escapar dos palabras que lo estremecieron por completo,… hijo mío.
Abrió los ojos, miro al frente, y con decisión se levanto de Ateros, para salir de la sala, Miragan Ahora buscaba a Zarco, Buscaba una salida a sus problemas, buscaba soluciones imposibles, pero sobre todo buscaba la excusa que lo detuviera de dejar la carga a quien debía tomarla por derecho.

La sobra de una maldición y bendición, El dolor del padre que pagara el hijo, ese era el deber del rey de Behien, eso era todo lo que Miragan no quería conocer, y sin ninguna alternativa debía hacerlo por el bien de todos,
Mientras caminaba, pensaba y hablaba en todo lo que tendría que decir.
- Miragan: Hijo mío, siempre me he preguntado hasta cuando te seguiré viendo crecer, cuando pasaste de niño a hombre sin darme cuenta, cuánto tiempo más podre seguir mordiendo tus necios pasos, seguramente ya no esperas nada más, y claro no extraña cada día más independiente y con el futuro matrimonio que te marcara por siempre.
Miragan bajo las escaleras y llego a la Gran biblioteca, camino entre los estantes de los miles de libros hasta llegar a una puerta, estaba hecha de de Oro azul con bordes de Faramita, vigilada por dos guardias vestidos de negro, Miragan se acerco, movió un poco la cabeza en señal de paso y entro a una enorme sala llena de más libros.
Camino hasta el cuarto estante de la derecha, miro la tercera repisa, tomo un pequeño libro de pasta roja sin nada escrito y con bordes de madera, dio la media vuelta salió de la sala y de finalmente de la biblioteca, cruzo el jardín principal y por fin ahí se encontraba, frente a frente con el pilar de plata, el inicio de una maldición que estaba obstinado a no querer cumplir.
Camino hacia al pilar miro al soldado de la entrada y le dijo
- Miragan: Soldado, busca a mi hijo, al Diosio, a Shiva, al Doberato y al Jefe Farat, haz lo que sea necesario pero los necesito aquí mismo de inmediato.
Con una mirada desconcertada el soldado tomo con gran fuerza su lanza y emprendió su pequeña gran misión, novato con poca experiencia y aun así conocía Behien al derecho y al revés, sabia donde podía encontrar a cada una de las personas nombradas por el rey, pero lo que no sabía era lo que estaba a punto de suceder.
Miragan dejo en manos del joven soldado la misión de traer a todos los que debían de estar para el momento en el pilar de plata, dio la vuelta para entrar al pilar y tomo asiento, saco el libro que había tomado de la biblioteca y con pluma en mano empezó a escribir en sus páginas amarillentas.
Mientras lo hacía, recordaba cómo había sido la experiencia de ser rey, recordó la primera vez que tuvo que dictar un decreto, claro que en tiempos de austeridad a nadie le gustaba la idea, pero gracias a ello logro recobrar la riqueza del reino.
Revivió el momento cuando desposo a su mujer, la convirtió en reina y finalmente, pero no menos importante, el nacimiento de su hijo, pensó en todas las travesuras que había hecho su hijo a los tres años, revivió cada muro destruido y cada piedra que obligo a Zarco a poner en su lugar, también recordó la primera vez que tuvo que utilizar a Lys – fødder y como se negó a utilizarla en las peleas internas de Mitrill.
Pasaron los minutos mientras Miragan pensaba en todas las cosas que había visto, echo, y desecho, entonces dio punto final a su escrito cerro el libro y lo tomo en su brazo, se levanto de la Gran mesa y camino hasta la sala de las eternidades, miro de frente a la entrada, pensando en mil y un excusas del por qué no debía estar allí, pero decidido hacer lo que era mejor para todos.

Pasaron alguna horas cuando entro el soldado con noticias de su misión, -he informado y traido a las personas que me solicito mi señor, me pidieron un poco de tiempo para prepararse, dijeron que usted entendería el por qué de sus acciones- Miragan sabia lo que hacían y acento con la cabeza al soldado, y este finalmente se retiro.
- Miragan: es hora…

Primero entro el dorebato, un hombre alto y de gran temple pero con los años encima, era señor de la tierras bajas de Behien y gran amigo de Miragan, después entro tras el Diosio, era joven de mediana estatura pero con gran presencia, el Diosio manejaba la fuerzas elementales de Behien y mantenía las llaves del Cofredio Inmuto bajo su protección, por ultimo entro el Jefe Farat y junto al él venia Zarco y Shiva, sin embargo solo Zarco y Shiva desconocían que es lo que pasaba, no sabían el cambio del destino para ese entonces.

Ya se encontraban todos reunidos en la Sala de las Eternidades, Miragan, quien llevaba consigo a Lys – fødder y el antiguo libro de la biblioteca, miro a Zarco y a Shiva, contemplo sus atónitos rostros y se levanto y dijo
- Miragan: Yo, Miragan, Señor de Behien quien a jurado mantener el sello de la fosa, estoy aquí para iniciar el cambio, de mando y mano de señorío de Behien a mi sucesor quien seguirá con mi tareas en nombre de mi familia y del reino de Behien.

Inmediatamente Zarco quedo atónito al saber la razón de su llegada al pilar, miro a shiva, quien también se encontraba sorprendida y pensó en la enorme responsabilidad que había heredado, pero Zarco era muy observador y de mente aguda, inmediatamente observo el rostro de su padre, el cual desbordaba una enorme preocupación e impotencia.

- Zarco: Padre, tu quien has protegido esta tierra y le has regresado su grandeza y riqueza, y que en tus manos llevas a la espada más poderosa Lys – fødder, dime que hace que temas este momento, ¿Qué es lo que realmente ocultas tras tu apenada sombra?, por favor dímelo.

- Miragan: Silencio Zarco, es cierto que no he terminado de hablar, pero no soy yo el que lo hará, y mucho menos el que responderá tus dudas imprudentes en este momento, solo te diré que, la razón es lo único que te llevara a la victoria y si eres mi hijo, aun con todo el dolor que sientas harás lo que es correcto.

A Zarco no le sorprendía la rudeza de su padre, pero por el tono de sus palabras entendía dos cosas, una era la importancia del asunto, y la otra que fuera lo que le dijesen en ese momento no seria para nada agradable, ni para él ni para su padre, entonces se levanto el Dorebato y el Diosio, y dijeron – hemos escuchado al señor de Behien, y nosotros aceptamos su palabra, somos el Dilian, la segunda gran representación de Behien, y juzgaremos al heredero para ver si es digno o no de tal titulo.

- Zarco: estoy preparado para arriesgar mi vida en batalla, aun si debo hacerlo en contra de mi propia sangre…
El dorebato y el diosio dijeron

- Dorebato: tu determinación es la esperada joven príncipe, sin embargo tu prueba va más haya de tu entendimiento actual, tu prueba estará dividida en dos, la primera será que logres sentarte en Ateros sin caer en la locura del poder.
- Diosio: La segunda prueba será sobrevivir a la mano de la obscuridad y regresar ante nosotros, siendo otro en ti mismo.

Zarco solo tenía dos dudas, que tenia Ateros para influenciar a la locura del poder , y que era a lo que tendría que enfrentarse allí, dio media vuelta y sin decir un sola palabra emprendió su salida hacia Ateros.” aun que Shiva nunca supo lo que paso en el trono, recuerda con claridad lo que paso al regreso de Zarco en el pilar, un hombre había surgida de Ateros en el cuerpo de Zarco, había cambiado para bien, pero sabia que tendría que hacerlo de la forma más dolorosa posible, en una lucha final por Lys – fødder contra Miragan.

Bebi, fue el nombre que recibió el hijo de Zarco, el príncipe no debía saber la verdad hasta una avanzada edad, el príncipe no debía cambiar a rey antes de los veinte años de edad, pero lo más frustrante para Shiva, era que un príncipe, no debería de ver partir a su padre una vez más.

Texto agregado el 27-03-2011, y leído por 169 visitantes. (0 votos)


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