es difícil escribir un cuento, sobre todo si lo has hecho tantas veces que ya olvidas que quizá vuelvas a repetirte... en esos pensamientos estaba cuando alguien vino a visitarme, trayéndome un libro muy pequeño... "es para ti", dijo. gracias le dije y con las mismas aquella persona se fue de mi lado... es raro, pero desde aquella vez no he vuelto verle ni a recordarle... tan solo me queda el libro pequeño que todos los días lo leo... es tan lindo lo que dice y tan profundo que no ceso de leerlo día a día... dentro del libro hay pequeñas figuras y poemas muy cortos, seguidos de pequeñas indicaciones que tratan de decir lo que quiso decir el autor que no aparece por ningún lado... por más que he revisado el nombre del autor, nada... en una parte habla del día... dice que el día es hijo menor de la luz, y prime hermano de las nubes y el mar... en otra parte habla de la oscuridad, diciendo que es muy bella, que tiene el sabor a chocolate cuando se apagan todas las luces... en verdad es muy lindo lo que dice... tienen que leerlo, pero, tan solo tengo un solo libro y no sé el autor de este... una mañana en que despertaba de un pequeño sueño, vi que el libro estaba abierto y tirado en el suelo... lo recogí y me puse revisarlo... faltaban dos hojas de las quince que habían... pensé en cómo había podido ocurrir esto cuando vi en una esquina a un hombre muy pequeño, casi del tamaño de un dedo. le observé un instante y noté que tenía las hojas en sus manitas... ¿quién eres?, pregunté... habló y habló, pero su voz era como la de una persona hablando a toda velocidad, no se le podía entender... ven, le dije, pero este corrió hasta meterse en un agujero de la casa... por más que lo llamé, nada... tengo temor de dormir, porque cada día, una hoja se va... pero, es irremediable, a pesar de que he colocado el libro en la parte más alta del cuarto, y metido dentro de una caja de seguridad... ya agotado, he perdido todas las hojas, incluido el libro... al principio me dio mucha pena, pero luego no, lo olvidé, así como a la persona que me entregó el pequeño libro... fue extraño, una noche, alguien entró a la casa y me dejo otro libro, pero este era inmenso, casi del tamaño de una persona... no quise recibirlo pero cuando estaba por devolverlo, la persona había desaparecido... el tiempo pasa y el libro está a mi lado, sin embargo, aún no lo abro, pueda que venga el hombrecillo y se lleve todas las hojas del libro y vuelva a sufrir así como cuando perdí todo el libro pequeño... no, mejor no, mejor dejarlo allí, donde cualquiera pueda abrirlo y leerlo como le plazca y así invitaré encariñarme de un libro mas, mejor dejarlo allí, claro que sí... no es saludable atarse a nada, menos a libros extraños traídos por personas más extrañas aún…